res recordar fin la cúiebro curta de Giiil.'crmo II, verdadera afrooía jinrn el coude <Ío Lit-ipe-Bicatcrfelíl. A partir de aquol!» fecha litrn -venido en m n rufián (loso las cosas linstn un punto mconccbible. Ss ha retí- radi) la goanúción aícmaüü; do se (jiucrc conceder In aiitomaciÓD ne* cosíii'ia para. Ja coustrucción de los. nuevos caminos do hierro; proyóetasc, por íiitimo, tioiueter itl juicio 'del Consejo feder»), i neo ni pe ton te dee-ie luego, la cuestión, ya decidida por el ¿LiprcmoTribnnti] de! imperio. Y todo esto se practica en intoi ósd'?! hsrrnsno político del euipe-. rüdor, el príncipe Adolfo dcScimiimbourg-Lippe, empeñado en reimir sin que lo asista derecho algunopara ello. , La opinión pública se halla excitndñimn en. Alemania, y los hombres de mayor moderación iamóutacse profutidnraente de tales disturbios, ocasionados por el particnlaribtHo prusisoo. La National Zeitung censura al emperador y eouduélese do qtií> un ininisírf de Estado prusiituo huya descendido do su rango hasta el punto de convertirle en mero ejecutor de la voluntad del Suberario — voluntas regit suprema Ux, — y precisamento en un asunto que se relaciona con el dereclio público, y se hulla previsto y resuelto por la Constitución del imperio. Todas ellas cuestiones de poca monta, todas pequeñas oiubicioue?, todos proceditriten tos inspirados por una política de bajo vuelo, pero que pueden traer aparejadas muy tristes y lamentables consecuencias. Impresiones del dia No'pucde» ser más peBÍmistas. El Gobierno de "Wasbington se niega terminaotcincute ¡í eonceder un plazo partí la repatriacióu de las tropas españolas, y pretende nada niénos que la posesión de todo el Arcbípióla^o filipino. De nada han tervido las razones cxpucsiue pata demostrar ta imposibilidad maíoriai de preparar los bnqucs.fiuficientes pasa t-rnuladar á la P&DÍnsula las fuerzas del ejército; iijfatíiadü con uau victoíin fiíciJ, que nunca hubieran alcanzado si hobieta más previsión en los que debieran tenerla, nos tratan como verdaderos esclavos sometidos al látigo del tirano. Aeí es que la repatriación tendrá que verificarte ¡itiopóiladamenle, liacinai'dLi soldados cumo dusprccii-blfcs mercMjtías y mezclando saroH con eiifprniOR e« lóbrígna boüe^bH en 1;je qi'.c se lefip.iraráel aire de ta miieite. Cuando á tan justa y raacnable preícijfiiótt no sü accedió, demost raudo cu plio lob Lorie-americanos ecutimieníoB de verdadero salvajisriio, no cabe esperar nada que pueda favorecer lo¿ iniereses de España. Se negarán también á reconocer priríe de la deudu cubana, auiíque coo sin igual bipocresía aparenten diferir la discoüión definitiva sobre aconto de tanta trascendencia.' Y, para colmo de desvergüenza, ntropellan el Protocolo, que es obra de ellos, para apoderarse de todas las islas que forman el Arcbipiélago de Filipinas, tal vez sin compensación algnoa, ó, á lo más, con alguna compeo'-ación irriaoria. Nunca hemos creído que á tal ííxtremo llegaran ¡as desdichas de ¡a pátria. Lo decimos con ruda frenquoza y el corazón trunsido d»; negra amargura: más que íia, sci-tiuioa hoy vergüenza y al¿o que no podeioos definir cu et¡te momento, más por temor á la eensiirn, que por ia excitación del auimo ante los oscuros nubarrones que envuelven el presente. y .-. ¿Y 'podnín vivir-, trauquilos ios : autores de. tantas y tac enormes ; desdichas?- ' ' i : •■ * . ' . i La llegada del Monsen-at con ¡ Untos en feria os en estado grave,, Í revela claramente que no sólo en Santiago do. Ouba padecían nuestros soldados los rigores- del hura-' bre y el clima. En todas laa partes de la isla han sido horribles los sufrimientos de nuestros soldados. Y, al. considerar qüe hubo quearrojar al fondo del mar cerca de 100, nos faltan palabras para mal-decir tas gaernis en general y muy' especiáimpn té ' aquellas ed que .'es ' fuerza luchar, con enemigos contra los que nada puede el heroísmo. Muchos de ios sepultados on.el mar son ignorados, porque con la cruel precipitación con que, por exigencias de loa yaoJíées, ■ han sido embarcados, no ha sido pasible conocer sus nombres y filiaciones. Esto es más horroroso que la ! muerte misma. ¡Cuántas madres estarán sufriendo horriblemeuto en estos momentos, temiendo que sus hijos sean de ' los innominados! Y si á cuadro tan horroroso añadimos otros que pronto se verán en algmioa puertos, porque aún faltan por repatriar más de 20.000 enfermo?, que serán otros tnntOs.esqueletós, fácilmente 'se eomprtnderá con cuánta justicia se pide la responsabilidad de los culpables de tantos niales. La situación política continúa tambaleándose. - Cada día aumentan las probabilidades de una situación conservadora.'.coiiao única prestigiosa y-salvadora.' -'ih "■ '.■ No es de temer una calaverada, con la qnesnciinn muchos y no po-, eos tienen por segura. ■ ■ ' . Dice El Regional que ni el Eco ni nadie ha visto ni do cerca ni de. lejos el nombre de ningún actual diputado ó senador por esta provincia en In lista publicada por el Se-, raido. ' : - ' ■ Es verdad, pero esto no se'opone i lo que sobre el cano bemos dicho. La lista era imcompleta, y además nos falta saber si lo ha visto el corresponsal de La láen.que eá el autor de la noticia. ' Lo mejores esperaron poco para saber á qué atenernos on materia de gamacismo luceuse. Correo de Galicia iDu trns Eeuiihle desgracia touomOB qno dar cuesta & noesUns leclorcs. En •! Ireu licüccndtnle de ¡» taró i de tjiT, iba el 6 liuii!) o apolliüftilo Loreuco pu-staudo el «ervicig dfl raríaov, «uslilalo del >r. Podóla. . . , Como par» eel^ servicio es necesario recorrer todot 'os coche?, por mi-dio de los tihtribo9 d& k-a tuiemoa. su sopous que al LortoBO Ift hbja filiado pnoto de n poyo ctijutQo ai suelo tu eJ gaso niv-i) d#] i'ueoic ile la Bcchtt, ¡mulo por.doiido el irén lliva gran velocidad. Di\do aviso ña lo ocurrido cd la oBtacióa de Carnes, saliorou en su busca virios ecapleedos, aieudo lacgo coudnoido eo ei coebe-Cdmilln de la empresa al hospUsl. en doude bu nido reconocido, obn-rváiiáosoia graves beridai en el parietal, onra j brazos. Debido á au ytavo estado sólo pudo decir so nombre, que as el de Eurentioo Lorenzo, vecino da Catoira.t A ¡a ooa de la (ir<¡c da nynr, y proceden - j líd'-ia Hfl&aua. d''6 fondo en agnas del i puirtodo l-i Goruüa ul vapor üiercanU ea- I pañr.i J. Jwtr. ! S'i|¡6du la Habana oí 20, batiendo ín- ¡ veri:do 34 -lili- rwuflWt. en lo ir'.veaía. ¡ C -n'iir)'; ¿ m b;.;' io 156 p^sajeroB, do los - cualca 80 son aold iáoí oiiferraoa. ' . . i ■ '■ - | Li stvwipcióu naoioijul inii!;ada por el , Arni bippo do oem.iftgo pata sciaorrer á los . i coídridon '.-i'ií< rmi>>; ij-ih regresan de la? An- i lillau, aicicudu acnaluieula ú C.S2r23 ps- I aetaa. . Hyaobido ;coi)8Ídtírableuisi>l>; e) precio^ de la^patala eniSantlugo, p-jr tciDjecneucia ' de la escaaez di diebo aníuu'f). Aoieayer so vendinel quintil i> 80 y á, 32 reales. - i.-. . £1 souor obiep) '. La capilla, pítios de recreo, dor mi tocios, enfermería, salón do autos, eta., dan ide:\ da la importancia del citado estableeimieulo, uno de ios primeros de EspeSa. El texto oorrespou'le, sin dnda alguna, í la parte artística del librito. Bscrito coa sencillez y corrección, es Sel refiejo 5e ¡o