DIARIO CATOLICO ^ Redacción, y Administración S.Pedro, 29.nCon censura eclesiástica. Año xv . Lunes 24 de Enero do 1898 Núm 3.917 EL PAPA ES REY Tiempo hace Que' lcis gobiernos liberales, que para desgracia oues-. tra vienen rigiendo 'los' destinos de jás náciones, traían" de ' 'achicar la'eslera'de accÍ6ii "de ia Iglesia, -procuraudo por, todos los. medios que están' & su alcance, ale-' jarla de ta dirección social de Jos pueblos, furidiridostf para' ello' eii' uoas palabras del Santo Evangelio, (jue el espíritu, acomodalicip de nuestra época ' interpretó á su antojo y en conformidad^oo sus planes de destrucción completa de la soberanía social de'Cristó. Los ■ impíos del. siglo XIX releganilí! ál Papaá las alias .j sublimes regio? nes de la fé, nos lo quieren presentar tan elevado' que'ño 'pueda mirar siquiera lo que pasa ,en el mundo' inferior, '¿- por eso" aun cuando no quieren despojarle por completo del : üulo ' real que de derecho le pertenece/ sin embargo dicen que su reino no está en (a tierra, porque siendo representante de Cristo tiene flue' .'decíi' como - ^: Regnunt iitéum^on est., de hoc mundo (1). c - i ¡ . Contra estos 'panegiristas - del error, que '^faber'alhmo'hiilvp-.. ducidoeo nuestros 'jjerapos, vá-' moa á deshacer" la dificultad- Aqui-. Jes que ellos presebian, ■ para no querer admitir' en manera alguna' lasbbwan^t temporal ;dfel,J;PonU-' lí^^^onjaVque'esi.'ségün.dejá^, ra os iodicado, ":las: palabras. ¡de Cristo; ó mejordicho/la:inierpre-! lación quéléllos^dan Si tóasl'pala- . bras. " " "' " «Mi reino no es de este mundo.» decía Cristo á Pílalos cuando éste le intonogaba acerca de los títulos que le acreditaban por tal Rey. De las mismas palabras de íjesús,1 se deduce que el sentido 'qúe 'Cristo queriá ciar á islas expresiones, noera en manera alguna el que hoy pretenden darle Jos regalistas modernos, sino que aquí el divino.-Sídvador toma la palabra reino por doctrina; no niega por consiguiente que El sea rey y .que oq posea todas tas gentes en herencia, según la bella expresión del Salmista (l). La prueba acabada de esta interpretación que nosotros damos, con muchos Padres de la Iglesia, á la palabra reino, nos la presenta el mismo Redentdr'.'de'los ^hombres, cuando/preguntádo de 'pupvo. por el mismo inicuo juez' acerca de si efectivámeptejBléra e¡ Rey de los judíos,' le ¡contesta .con aquella mansedumbre y aquella serenidad de ánimo ^tan propias del carácter divino que ostentaba: *Tu dices ijm yo soy rey. Yo para esto nací y para esto vine ai mundo» £2). . \ Fijémonos un poco en las dos contestaciones :que da Cristo y pronto veremos- como en cada una de ellas/habla en sentido distinto, aunque en conformidad con las'preguntas que-se le hacían en fil Prelorio del procónsul romano. A' la'.pnroera,' -dice que . su reino no h-'S/éste mundo. Contestación, digna de un Dios. Acababa de oír de los^labios-del pusilánime Pilatós: '«Tu'ñáción y los Pontífices te 'Kan puesto' en ..mis 1 manos (3), ¿y no era- negar > por completo su Ps.'II V. 8, ■ Jóaa.c'XVIII v. 37. Id. id. y,. 3S. origen divino y su generación eterna del Padre, si ahora Cristo no hubiera dícho que su reim, esto es, su nación no era de este mundo? ¿No consideraba entonces Püatos á Cristo ;como un puro hombre manifeslándoie que la nación de donde era natural y los Pontífices de ólla fueran : quienes le habían llevado 5, 'su presencia? ¿Y no eraoportuno que Cristo diese entonces una prueba de su naturaleza ditina, manifestando claramente que El (y por lo tanto la doctrina que .enseñaba) no era de este mundoF.Si, indudablemente. Pero supongamos, como ios libera tes quieren, que Cristo al decir estas palabras, fué su intención mauifeslar que efectivamente su reino no era de esté mun'do. ¿Se hubiera entonces expresado con propiedad? No en manera alguna. En esta caso debiera haber dicho mi reino no está en este mundo y en manera a'gufta mi reino no es- de este mundo. Al decir pues Cristo vina y por lo tanto la divinidad de su doctrina: Regnum meum (1) Joan.e.XVinv.37. (2) Joan. c. XvIII, V. 37. El nuevo itinerario > Hé aquí ¡as horas de llegada y salida en la estación de esta ciudad: • ASCENDENTES : • ■ Correo.- — Sale de ta Cor uña á las 6'35 de 'la tarde para llegar á esta ciudad á las 10*02 de ,1a noche; sale á las 10'o9 y llega ^Monforte i las I2,l6 de la misma. Mixto.— de la Corufla á las 7'ÍO Üe la 'mañana "para llegar á , esta capital á las I ;i?Z4 de la misma: sale á las' ll'38 y 'Uega á Mon'fotte i lasa'ls.^c la tarde., .... .'..'' '''':■í:^■' DESCENDENTES '.' *{ Oí'í'í'iV-rSale, de Jrtoijfort? álas 2'23 de la, farde para ¡legar á esta capital, á ¡as.;4'43 de la; ,mism y, sale á las ^'J.Ijy , llega. ájaCoruña -á- . las 8'OS'de lanoche.1" : ' Mixto,— ^&a.. Je, Moníorte-, . á , las I2'45 de Ja madrugada para*, llegar á esta ciudad, á- 4'09t sale á las 4*34 y llega á la.Coruña á Jaslp'io de. ta mañana. i ■ '- ^ fdm directodt Madrd,S>.\c, de Monfort^.álas^I'Ip, de..la> mañaoa para Itegar.á está,cíudad , á la I'SS de la tarde; sale á Iq?, 2'oS; y, , llega á la^Cprftña^-.las.Ade la misma. ■ . . r,¡ ■ ; >■ , - ; ■■(; Los trenes , cprrcoa.sólo^adgiiten viajeros de-i y 2.* clase." ~" Los relojes de la Compañía rigen. . ¡ por el Meñdiaao.ide Madrid.. - al hombre á trabajar, sabiendo de antemano que le han de despojar del fruto de su trabajo? Precisamente el estímulo al trabajo es el derecho á la propiedad que con él se adquiere; y lo que hace que el hombre abrace las molestias de la dura ley de) trabajo, es la necesidad de atender con él á su propio sustento y al. de' su familia.'siendo tan sagrado este derecho qué ningún Estado ó pública autoridad puede violarlo, porque es anterior y superior al mismo Estado, el cual jamás puede exigir del individuo lo que es necesario á éste para su manutención, y de lo que no lo es, solamente puede exigirle lo que sea índispeiisabíe á la conservación de la misma sociedad. -«Gomó los efectos, dice eh Papa León Xill (1), siguen la", causa de que - son efectos, así el fruto del trabajo es justo que pertenezca á los que trabajaron. Con razón, pues, la totalidad del género humano, haciendo poco caso do- las opiniones discordes de unos poco*, y estudiando diltgenlemente la naiuraleza,'en la misma ley natural halla el fundamento de la división de bienes y la propiedad privada, (anto que, como muy conformes y convenientes á la paz y tranquilidad' de la vida, las ha consagrado con el uso detodoslos siglos. Este derecho deque hablamos lo confirmani'y hasta con la fuírza lo defienden^ las leyes civiles, qüe^cuando son justas, d<; la misma ley natural derivan su:efica(:iay este' mismo derecho sanbionaron'con su autoridad las divinas leyes, que (1) Ene. «Rerum novarum.» - 13 — pietarios: sed justos en la contratación y remuneración del trabajo; sed fieles en vuestros contratos; huid de la usura y ,del monopolio; tratad con benignidad, á los pobres y socorred á los menesterosos. De este modo se establece y mantiene el equilibrio social,' se respetan todos los derechos y se practican la 'justicia y la caridad. Pero desde ei momento en que se rompen estos moldes sagrados y se erige en sistema la rebelión y la protesta contra' eslas máximas saludables de la Iglesia de Cristo, falta el equilibrio establecido , y' se1 bambolea el edificio social, amenazando envolver, en sus ruinas al capitalista y al obrero, al agricultor y al industria!, á los. ricos y á los . pobres. De lo cual es buena prueba el ' estado actual de nuestra' sociedad, en la que, hace años que germinan y pululan 'los errores deletéreos del socialismo. Atacan sus partidarios, la' Religión católica, la familia cristiana y'la propiedad individual. Pretenden destruir todo lo existente para ¡evaniar sobre Jas ruinas de la sociedad un sistema de organización social que prescinda de toda religión positiva y establezca una igualdad absoluta, y no admita otra propiedad que la colectiva, 'sin fuerza alguna de cohe-r sión .entre las partes de la nueva sociedad y ' sin vínculo de autoridad que ponga orden y concierto entre los asociados. Bien se echa 'de ver' que el socialismo es harto poderoso para'destruir, más no para edificar. La