A h<¡\ DIARIO DE PONTEVEDRA AÑO X. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN Pontflyedca, un m«» 4 ronlosl Fuora.im trimoslio, 16 rcnloa.' ' Dllramar y oitranjeroj' 6 pesos' ftes NO SIMPIÍBLIGA LOS;piAS FESTIVOS. . ¿ireilBr-Propietaiio, i¡, lú Milian • MIÉRCOLES 3C DE NOVIEMBRE DE 1898 PUNTOS DE SUSCRIPCIÓN En Oülti Adrainislr&ciAn, Princosfl6. Anuncios y comunicad o 8 A precios conv'on dona Ies. ■' .. ' NÚM. 2.672. 1A Aspecto eoonótuioú internacional . del Tratado.— Vinos .. italianos y tejidos .franceasg.'— Aspeéto político internacional." N néva orientación ds la política europea ante la alianza anglo-sajona.— España ¡ eii los resaltados económicos y políticos del Tratado. —cual debe ser on actitud. Tiene para oosótrós. ia^cdnveiiciiía couctuida eutré Italia y .FraDCia el 21 del corriente, tres distiutos aspectos que excitau nuestra atención. El interés puramente económico que despierta' la rcariodációü de las, relaciones 'Comerciáléíi', 1 po'f . tautd tiempo iatei'rarapidas/ óatre las dos nacioaes vecta'as y asoutadas ed la' costa del. Mediterráneo; el interés eseuciálmeute' 'político," sobro el cual tan varios comeiitarios se están tía ciendo'en toda la prensa de Europa, y el Mterés'&'-lá vp^, económico' y po litico'que' iumediita'y1 'directa'mente nos toca de uno y otro término determinante de lá ;(íiiestióu, ya por !o que puede1 aiterár :;el;, equilibrio de nuestro actual íóhércío; ciiya prime^ ra fuente de exportación ha sido y es Francia, donde nos encontramos con éste nuevo couCúrrente',- ya por lo qne en el giro de las tutovas órieuta'cio nes políticas 4 que puede dar lugar una aproximación-do' relaciones hasta aqnf tan esquinadas, las cousecueu-' cias que de alláá ' omaüeií puedan y deban íu fluir oá nuestras miras del pórvcnir, si corrigiendo los errores en que hemos. vegetadó por tantos años, y qne ■' boí tíin' trillcfo' á'lás' "ca^ tástrofes quo hemos esperimeutado, Espadase resuelve á hacer valer el niiuieroalto ó bajo de la ecuación que representa en las aliauzas que impongan los destinos de Europa. Bajo el punto de vista dé los inte : roses económicos entre los dos países de nuevo concordados, queda en duda si en la convención del 21 de Noviembre será Francia Ó será: Italia la que. saiga mis aventajada. El principal articulo de exportación qne Italia ofrece á la mauipu! ación y á la reexpedición del comercio de Francia son los vinos. Pero' Italia aprovechó, en la interrupción de sus relaciones comerciales, la crisis ruinosa de la filoxera ó invadiólos mercados quo nutria la exportación francesa, principalmente los de la América del Sur, dotide sus ventas reemplazaron casi completamente las que antes realizaba el comercio francés. Apesar de la ruptura de relaciones, la-cifra de la exportación italiana eu Francia,, que,- efectivamente, sufrió nna gran depresión al ocurrir aquel suceso, poco á poco, y porcousecuen cía do la niiíva dirección' dada ■ i la. politica-cómorcial, so fué equilibran • do hasta llegar eu la actualidad aproximadamente á la de 1894. Kespecto á los tejidos, que era la materia principal dé la exportación de Francia á Italia, el fomento que en' esta Peitiusalase hadado en los iH timos años á las industrias uacio ipiles ha logrado cubrir casi por completo ol vacio que dejó ol comercio francés. ¿Cnálea soráh, por lo. tanto, - las ventajas reciprocas que se obtengan nicnunpafs ni eu otro déla nueva convención concertadaf -No pueden girar sino sobre hipótesis los cálculos que se'hagan; pero es indudableque el incremeuto de la producción italiana en el mercado 1 francés no pueie venir sino del descenso que á su vez haga experimentar 4 los países que basta ahora luu conservado con Francia sus buenas relaciones comerciales. Bajo el punto do vista político, creomosquelas imaginaciones, tan dispuestas á fantasear sobre todo lo quo ocurre on el mundo, sobre lo grande y sobvfe lo peqnefto, han ido mncho más allá de loa límites quo de.uarca la prudencia y la tomplauza. Auuque el corresponsal del DaUy Chronicle en Roma haya averiguado que el primer efecto de la cuestión de Fachoda, resuelta ea 'armonía. coa las E retensiones inglesas, habido la celeración dól Tratado comercial fcaacoitaliano, Ij. nota oficiosa pasada por la 'Ag&ncÍá.,Stéfani. á ,;los , periódicos de Italia, declara 'que el Gabinete ac ¬ tual del R'ey.Rúmbertó no ha hecho, ni^s'quó óoncluír 'las negociaciones abiertas .durante \& admiúistrációd anterior .por' et honorable Luis Luzza-, tti; negociaciones, eu realidad, muy activadas .durante los últimos meses de Octubre y Noviembre por los Eiík bajadores Fonyelli y Barate, i . Esto no. obstante, ' es , imposible , ae-; gár la importancia qúe to^a^la.preusa de Europa ha dado á este ' acto ; de' aproximación de Italia 4 Francia, y verdaderamente coustitiiye un.j'etoglífic'ó do iu.d.escifrabte: resoljición tornar biáa.la'oriéntacióa 'de naa política co mo la del. Quiritial, Iqúe mantiene .un pieón lá triple alianza coa.' los Impe.-. ríos, otro pie en' I^'.' inteligencia coa Inglaterra '.sobré el equilibrio. dprMe-, diterrá neo, y .alarga todáyla 'una mano á Francia,' " euómiga. deVinglaíerra en' el Mediterráneo y enemiga ,dé 'Italia en su'política contiu'ehta'l,,'.' . : , ■', . .Si nos atehemo.s'á l^s juicios v.erti-. dos.no'más que 'por^l racim,o':do 'po-* riódicos qne Le. ^¿"i^sha extractá-i do, hay que reconocer la dificultad.'de! extraer la quinta esencia dé. nú peusamieutó predominante. ■ , Nuuca.sé ha podido aplicar ^nojor la autigiia sentencia: Tot capul, tot sensus. Todos couvieuo'n éa que el he-, cholea si envuelva un cambio 'de^1 orientación política ¡'.¿pero por parte de quién? ..¿De; ' Italia? ¿De Fraucia?. ¿De la pólitica' dé la triple? ¿De la, política de lá doble? .', . , -, 'Si esta aproxioiación do Italia' á Francia representa una actitud, hay q'oe: preguntar: .¿ante :qué:: edemigo?¿contra quó enemigo? Y la' coútostación, dígase lo que se quiera, sólo puede hallarse en la.suinade; fuerzas y' ñu la uecesidad deTlofeusa 'que toda Europa sieutj, después de la guerra do España, contra la probabilidad '.de' esaa'liaitza anglo sajona, cuyos pr'oca ees' objetivos no se han velado uí en los discursos do, sus ministros, ni 'en' las declaraciouos' de sus periódicos,' ui eu los moviinieutoos de la opiuióii,; lo mismo én Inglaterra que en los Es ¬ tados Unidos. Todo este eonjuuto' de cuestiones afectau, ya directa ya iadirectamente, & Espail* de manera especial. ElTratado económico puede desequilibrar nuestro comercio aun más que lo lia dí.iequiií brado la pérdida de auestraa colonias eú !a competencia que én Francia se establecerá pronto entro la'couciirrén ciá comercial de Espaüa y la de Italia, cuyos productos son simiilares. A esto hay que aíladir los, nuevos recargos que el Gobierno. francés ha decrótadq & las tarifas arancelarias para la iutróducción'de ¡os. vii'ios. Eu el mismo ordeu do las evolucio oes que la poilUca. iiupKii,M A Euroju en ii u pl'izo más breve ó mis largos Espaüa no debe consoutir quedar os cluida de las comblua'ciones ¡oternacionales. Aún 'somos, con todos nuestros lances desventurados, la sexta potencia militar del coutineuto^ La mismos sucesos á que den lugar las nuevas contingencias que sé traslucen entre tas brumas dei-horizontó, ofrecen á la defensa deí continente y como puntos avanzados *. nuestras Oánarias,. nuestro , extenso litoral oceánico y desdé el estrecho'ide Q-ibtaltar nuestros baluartes africanos y nuestras fortalezas, mediterráneas. ^Conviene qué e! porvenir' n'o nos encuentre ni aislados ni desprevenidos'. ma y Hamburgo intereses por valor de bastantes millones. Si hoy se fkena un tratado hispanoamericano, corromos el.peligro de que ambas partos prescidaa de nuestros Intereses.' - : h Inglaterra, que tiene un tratado análogo,, empieza á alarmarse, á pesar de su, cacareada amistí(d con los Estados Unidos, ' El sultán do Joló, quo á la voz ejercía soberanía efectiva .sobre lás dos' grandes islas . d^ Pa!á\v;ia.y Balaboc,. . era indepeudielite )íasta'l878, aunque se hallaba en coutlnuas guerras con los españoles, que creían ejercer un protectoriidó' sobre el ''Archipiélago. Sus 'vasallos,' qúe á la veá'orán in depondieutos, sembraban di terror en ol Pacifico, saqueando las' costas do Filipiuas, Borneo y Célobos, y llevan do sus, piraterías hasta Si'igapoor'e yRankok por un lado, y hasta Nueva Gniuea por el otro. Espafia pretendía desdo muy atrás la.soberania.del archipiélago joloano; pero ,11! Inglaterra ni Alemauia lo re-, conocieron, y un aíio autes de sometp^so el Snit.áu,.- colebrarou r los trntados que acabamos do. ifloucioQar,-los cuales tes garantí?, a bandín a completa libertad de .comercio, . - . Al afio siguieuto se sometió el Sultán, á los espadóles, ^ra forma, á cambio de una reuta anua!. , : Estos establecieron utta guarnición de 800 hombros en una penitenciarla, pero dejando que los joioanos prosigliiarau tranquil ámeii te sus piratdrias mientras no hostilizaseu las costas de Luzón y do Bisayas.. Los^ ingleses, obíigado-í á abaudouar sus posiciones de Borneo, coustriiyerpn fuertes para tetior á raya á los joioanos, y tfn esto, precisamente, fundad su doré dio 4 laa'hlas da- Palawán y Balabec, Pero,, e i realidad— aQade el diario de Munich. ~-fcodas éstas perteuoceu á las islas Filipinas; y si . fesiis pasan, sin más, á poder de América, podía ésta incluirlas eu su sistema aduanero prohibitivo, cosa que anularla todo ol comercio alemán é iuglés del Archipiélago, ó por lo taenos lo causarla gravísimos peligros. Además, las islas de Joló domiiiau las vías comerciales entro China y la Australia'y ot gran emporio' mercantil do Macassar, on Célebes. Por tolos es recouocida la importancia estratégica desuellas istas;' y como Inglaterra alarga su1' mano sobre ellas, bueno será que también nosotros protejamos nuestros garan tizados intereses en Joló, autos do que sea demasiado tarde.» Por si alguien, acaricia aún la -.es pcrauza .de que. habremos de encontrar quien nos auxilie eu estos difíciles momentos, bueno será conocer esto que escribo el Allgemaine Zeilmg, do ílunich: . , «Ya es hora de pensar en los intereses de Alemania eu el Archipiélago de Joló, garantizados por un tratado especial celebrado el a&o 1877, y que representan para el comercio de Bre- NOTAS MILITARES TTiia medida jnata Rudas campañas costó A los reformadores militares do nuestro país llegar á . ver establecida la unidad do procodeucia, ó mejor dicho, la nnidad do instrucción, uua de las aspirado nes más vehementes de los olotnoutos do mayor cultura del Ejército, y que si de antiguo era un hecho ■ eu los Cuerpos especiales, ofrecía dificultados no leves para ser aplicada á las armas generales. El Goiibral Cassola dijo en estola última palabra, y su ley adicional á la CousDitucióu del Ejército, estable-, ció coa el mayor rigor el priucipio de que sólo puedo verificarse el ingreso en la carrera militar pasando por las corrospoudientes Academias. Este principio, ¿cierra ó no ■ las puertas á las clases de tropa, impidiéndoles iugresar en.el Cuerpo de oficíalos? Legalmouco no; eu la realidad, y para la mayoría 'do los casos, como si so las cerrase. ' Uua de las razoues eu quo se'apoyabau, ó dos apoyábamos, pues yo me conté siempre entre ellos, los de fousores de la unidad de procodeucia, fué la uecesidad de poner térmiuo á la desigualdad quo existía éntrelos Cuerpos especiales y las Armus ^eiio rales, desigualdad que producía mi estado do cosas •¡opresivo para éstas y opuesto á . la importancia real de sus funciones. Mientras los primeros no admitían á sus clases de tropa eu la oficialidad sin que pasara (lo cual casi aiuguuo conseguía) por las Academias, las Armas generales recibían, no sólo á sus propios sargentos, siuo'á los de los Cuerpos especiales ascendidos á Alféreces, y hasta los. do Administración Militar. . Transformado ya ese orden de cosas.-vitiieroa las guerras de Cuba y Filipinas á demostrar^ue las Academias por sí solas no pueden producir elnAmoro do subalternos necesarios para una. movilización del ejército, y que las clases do tropa han de tener mayor estímulo que uua cruz pensionada con 25 pesetas si se quiere qne desempeñen su misión en campaha con. .el entusiasmo debido. ; De ahí que el General Azcárraga, para satísf.icor ambas necesidades, concediese ni ingreso eu las, escalas de reserva con el empleo de segundos Tenientes á gran número ,de sargeu tos. Otros han- visto premiados sus servicios con igual empleo... Entre tanto, .siguíerou ingresando en las Academias líe Toledo, valladolid, Sogovía, etc., uo escaso número do soldados y clases de tropa entre los aspirantes de cada convocatoria anual. Peto ¿á qué disfrazar la realidad de las cosas? Esos individuos, salvo alguna rarísima excepción, son jóvenes de familias relativ amenté acomodadas, en su mayoría hijos do oficiales que sieutati plaza, bien sea para ahorrarse el trabajo de adquirir el grado de bachiller, condición que uo se los exige para el ingreso, bion á íiuMa obteuer la preparación en et Colegio do Tnijillo y establecimientos similares, ó bien parj disfrutar de aquellas voutaias materiales que los reglamentos tos coucodou.' Serán sargoatos,- cabos y soldados' deVftjéVciíév poro no son '¡os sar^Diitos y tos cabos y tos soldados que forman la masa de los batallones. Alguuo suele haber que sólo visto el unifonne eu ol día del oxamou. ■Ahora ha querido ol General Correa cambiar este estado de cosas, croando en las regiouos las Academias preparatorias para sargentos, eu las que esta bonomérita clase adquirirá la preparación precisa para ingresar en las de oficiales. Esta medida que merece elogios por lo justa, uo alterará mucho, sin embargo, ¡a situación, pues sólo aquellos sargentos poseodo ros de una base de cultura que les pon^a en aptitud de recibir la propa racióu cieutllica, scráu ios que apro vecheu tos cursos de las Academias, á uo ser quo so abra mucho la mano para ellos eu las convocatorias. / Rosuitarún, siu embargo, los actuales sargentos más favorecidos que sus antecesores, sobro todo aquellos que al comenzar la guerra do Cuba servían con el propósito de seguir la carrera militar, proparáudose por su cuenta ó eu el colegio de Tnijillo para el ingreso en las Academias, da deudo podían llegar á salir de oficiales. Verdad os que durante la guerra la mayoría do oses sargentos habrán obtenido el ascenso á segundos Tenientes do la reserva; pero esto viene á; cortarlos eu absoluto la carrera, pues se eternizarán cu dicho empleo. Cuando eu las Cortes, allá por 1895 y 189G, se discutieron estos asuntos, pareció hallar buena acogida la idea de quo á los sargentos asesudidos por méritos de guerra á oficiales do la reserva se les concediese, caso do qae más adelanto probasen su aptitud eu las Academias, el ingreso de las escalas activas, donde disfrutarían en sus empleos la autígilédad de los que ganaron eu campaña. Realizarían, pues, uu acto de justicia al dictar uua Real ordeu, ó si tío bastaba, un ííoal doci-eto, ó eu iMtimo caso plauteaudo la en os ti ó u ñute las Cortes, para conceder á los oficiales de la escala de reserva, ascendidos desde la clase do sargento, por servicios de campaüa, el derecho á ingresar en la activa, exigiéndoles las pruebas de aptitud necesarias, ya fuese haciéndoles seguir los cursos de las Acideam1: mililaras, ó y» eramd'i uua esp-icíai para al us, y te-::! taudoles prOVÍ,i;U-Hll,T3 lOS "lOJUatv-a de preparación indispensables. Lo cual, como ya creo haber dicho eú otro artículo, ofrecerla para el Tesoro la'vcntaja de que como con esos oficiales se'cubwUa eu parte las vft-' cantes en las escalas activas, se economizaría el Tesoro el impbrte de'sns sueldos, qne á razón denlos cuatro quintos que cobran en la escala' de reserva, importarían sobre treinta mil duros por cada centener de ellos, J. Xiaponlide. pseorraDCia Días de verdadera crisis se avecinan para los viticultores espaQoles, y se hace preciso que el Gobierno to-. me con calor el: asunto, .dedicándole la ateucióa, preferentísima que merece, antes que sobrevenga, un estado de cosas de uo muy fácil remedio.. r Es el caso que durante los aábs en que han estado interrumpidas las relaciones comerciales entre Francia ó Italia, no han'-tenido: nuestros vinos que luchar con los. italianos, que son los que nos hacon .competencia en todos los mercados; pero el nuevo tratado franco-italiano nos hará seutir nuovamonto el peso de esta cooipatencia, viniendo 4 agravar, la rivalidad comercial á que nos referimos los últimos recargos aranbelarios que tra■ tan de imponerse á nuestros vinos. , La Comisión de Aduauas de la Cámara francesa está iulluida, y aún dijéramos mejor dominada, por los Diputados do ios .departamentos vitícolas, ' y por eso declara 'insuficiente la reforma contenida- eu el proyecto de loy relativo i ta- impottacióu de vinos, depositado sobre la mesa de la Cámara. Muchos viticultores > exigen que se-fije un derecho de 20 francos ■pflr faoctólitró hasta ios i i' gridod/y' otros pretendeu que se establezca una tarifa graduada para aplicarla según las oscilaciones del cambio con oi extranjero. Finalmente los menos exigentes piden que se señale como limite los 11 grados de fuerza alcohólica para el pago de los 12 francos, y qua el exceso do grados que sobre ese limite contengan ios vinos, adeudo como al cohol. Nuestro Embajador, Sr. León y Castillo, so ocupa ya de la cuestión, y ha celebrado, según telegrafían á El Impavcial, una detenida confareucia cju el Ministro de Negocios Extranjeros, en la que han tratado ambos personajes do esta cuestión, do iuterés tan vital para uosouos. Cabe esperar que el Gibieruo fraj¡ cés, inspirándose eu consideracioues políticas, y queriendo evitar hostilidades recíprocas por parte do Espaüa, se manifiesto resueltamente opuesto á. toda modificación eucamiuada á gravar los derechos que el proyecto presentado señala. BL TAUSOL SÍ Moliére,,al encontrar eu uua edicióa, actualmeute agotada, de Aristóteles, el capitulo de los sombreros, se hubiese tomado la peua de buscar mejor, hubiera encontrado en otra odicióu, uo iaeuos agotada, el artículo do los parasoles. Hoy, una revista inglesa, so encarga de llenar este lameuubie vacío. El parasol so'eucuoutra ropresoutado en los monumentos más antiguos de Oriente y del Mediodía: on los bajo reliives asirlos y caldeos y en los frescos egipcios veuse de él muestras variadas-. Eu Roma, la sombrilla, importada de levante, era de uso corriente en la alta sociedad. Eu el extremo. Oriento, el parasol que forma parte del material do uu templo ó de ¡a corte, es considerado como objeto sagrado por constituir propiamente el dimiuutivo do la pagoda. El parasol quo cobija U cobeza del rey de Siam ó del emperador de China, tioue por objeto recordar al pueblo qne el monarca es luj* del cieio ó lilS!)ir.f.l > lir —t Mtií:i . - .' - i - I-..-'. ;Kl!- ''i -i I Úiui. ■: ... ai-j Jo..,, 1-j (J-jj-u-j imaginables. La orden siamesa de Mana Tshakn,