don de gratitud ni de seguridad. del gobierno actual, ni del anterior, por ilustrarle y servirle, me expuse á la proscripci^i y al riesgo, que; haya-, vuelvo á decir,. hombres 13* injustos y tan necios. El público justo, que sake p-ay bien que mis escritos desde el principio no se jvii dirigido mas que á su representación y su felicidadrivo seguro, que me vengarla de estos musgaños, si los señalara con el dedo: pero vivan para ser el objeto del. desprecio. estos animales lucífugos, y prosiguiendo como siempre invariable en mi sktema, perdono á estos la ofensa, asi como perdono el olvido á.sugetos mas- cor. decorados. Volviendo pues la espalda, á los insensatos , me difijo á mi amable, público, y digo, que muy grandes y urgentes deben ser. los motivos porque el gobierno congrega la nación á cortes én las actuales circunstancias; y que guando los que están, á la cabeza de. los .negocios toman semejante determinación, debemos creer, que las circunstancias asi lo •requieren, y, que los deseos de conservar iiesa la libertad que se. les ha conñado, y devol^erla á la nación que representan. ;. ó la sabia 'desconfianza- de no peder por si ^olos concluir, con feliz- éxito la- empresa, á vista • de la serie-de sucesos acaecidos de «algún liempo.á esta parte, ó la necesidad; de restablecer la confianza del. pueblo en su representación y gobierno; 6 bien otros secretos incidentes, que los que obedecemos ignoramos, les obliga á la convocación del congreso. Sean los que fueren los motivos, debemos sin tardanza ocurrir á los males, y á conservar nuestra representación, sin dexar de la mano por eso la seguridad y la defensa de cada una de las provincias; y asi de las juntas de estas, como de la soberanía de las cortes el único y primer objeto debe ser la expulsión de los enemigos, y los medios que conducen á esto, dexando para después dictar reglas y leyes de felicidad. La representación de la diputación á cortes en las actuales cir-