PONTEVEDRA PERIODICO LIBERAL Año XV PRECIOS DE SUSCRIPCION En Pontevedra; nn mes. ana poseía.— Fuera cnaIro posietaM al trimestre adelantadas.— Ultramar y extranjero, trimestre oueve pe»se=a**. Oda mano de 25 números para los vendedores, 7i> e^ntinioit adelantados. - La Correspondencia al director del periódica. REDACCION Y ÁDMON.. CALLE DE RIESTRA 38 Viernes Ts de Mayo de 1898 ANUNCIOS En tercera ó cuarta plana .» y í O eéntlmos respectivamente, según sea, sencilla ó doble. Comunicados y reclamos ®*> cénliiuos línea sencilla. Esquelas de defunción tamaño corriente 5 peaelas ne media plana 30 Idem. Ndu 4.113 JJ A GUERRA La escuadra espiulola Firmado por su redactor técaico Mr. E. Duboc, publica !a notable revista Yacht un interesante artículo referente á la escuadra que manda el o-eneral Cervera. He aquí los últimos párrafos de dicho trabajo: «¿Estamos en vísperas del gran combáte naval tan esperado? Quizás; pero hay también buenas razones para no creer en ello. Cierto es que si este combate tuviera lugar, daría, razón .á los partidarios de la estrategia naval clásica, cuyo primer principio es el siguiente: Ante todo, es preciso poner fuera de combate la armada principal del enemigo. Para llegar á esto, son dos las condiciones necesarias y suficientes: es preciso ser más fuerte que el enemigó y disponer de mayor velocidad que el/ El almirante Dewe^, destruyendo la ñota española en Cavite no ha hecho sino confirmar este célebre principio, al aceptar combate el almirante Montojo por orden del gobernador, según se dice, con barcos que estaban batidos de antemano. El almirante Sampson y el comodoro Schley, cuya reunión debe ya haberse operado, no deben desear sino renovar én e! mar caribe la proeza- realizada .en el Extremo Oriente por la escuadra de Filipinas. Pero falta saber si el almirante Cervera, menos fuerte, pero más rápido que sus adversarios, se prestarán no á empeñar una acción decisiva. Por muy protegidos qué sean sus buques, quedarían más ó menos destrozados después de un combate de escuadra, aunque el resultado le fuera favorable; y aunque á consecuencia del mismo/ y colocando las cosas en la mejor si:uación, hubiese podido ganar la Habana, dejando en ! el campo de batalla cuatro ó cinco buques enemigos •igualmente malhechos; ¿Qué '■ Sücedéría después?, Lps americanos, que tienen á su faVorel número, cónt:. rían' todavía con | ÜÍU potente escuadra en estado de ; continuar el bloqueo; habrían^ pues, Agrado su- objeto, puesto que serían dueños de la mar y podrían proce; dersin inquietud ni sobresalió alguí10 al desembarco proyeccado en la 'sla de Cuba de un ejército de inva- ni y si el almirante Cervera, en al mi S^T de adelantarse ai deseo de los a^ el cómbate la misma tenacidad y ^Uldado que ellos en buscarlo, es üeno de prolongar cuanto quiera f período de incertidumbre, duran- eelcuaMas ciudades amenazadas del liroral se creerán cada día en vísperas de ser bombardeadas; toda operación importante de transporte de tropas habrá de estar suspendida, y por ñn le será posible caer de improviso en la noche ó al despuntar el día sobre los buques bloqueado- ' res, forzosamente dispersos, y por medio de combates parciales en los cuales tendrá á su favor la fuerza y la velocidad, podrá realizar en provecho suyo, con el tiempo, el principio de estrategia arriba citado. Si en lugar de presentarse la escuadra española delante de la. Habana, donde es esperada, sale ina- 1 percibida del mar Caribe, loque nada tiene de inverosímil, y en ocho días hace su aparición delante de una ciudad americana de los Estados del Norte donde tiene el campo libre la escuadra volante americana, dejará inmediatamente las aguas de Cuba para lanzarse en su persecución aunque sin ninguna probabilidad de alcanzarla. En resumen; puede muy bien suceder que los que esperan un gran combate naval, ó dicho también de otro : modo,, una acción decisiva, se vean defraudados, toda vez que esta acción decisiva no puede sino volverse en detrimento de aquel que llene precisamente los medios de evitarla y cuyo papel debe consistir, según toda verosimilitud, en procurar la dispersión de las escuadras enemigas, aprovechando las condiciones excepcionales de velocidad y 'la homogeneidad de los cuatro cruceros .. de que dispone. En cuanto á los cazatorpederos que le acompañan, empiezan para eliossin duda alguna unamisíóndelas más importantes. Su separación de la escuadra principal parece imponerse, en efecto, porque son incapaces de seguirla con toda clase de tiempos en las escaramuzas prolongadas que puede estar llamada á realizar. Su puesto parece estar in dicado en los puertos bloqueados de Cuba, de donde podrían salir todas las noches para hostigar los buques que bloquean, privarles de la tran-. quilídad de que hasta ahora han disfrutado, y quizás también realizar algunos ataques afortunados; la sola presencia de los torpederos en el puerto de la Habana tendría como primer efecto el de ensanchar, desde que cayese la noche, el círculo del bloqueo y facilitar, por consecuencia el trabajo de Tos buques que hayan de forzarlo, sobre todo el de aquellos que no tienen más misión que la de poner en comunicación los puertos de la zona bloqueada. No hemos de insistir ahora sobre las condiciones de los cuatro buques de la escuadra volante española, que parecen realizar el tipo bien conocido de tía flota necesaria» del almirante Fournier, en cuanto á la calidad; no le falta mas que el número para ser dueños, gracias á la ventaja de su velocidad, de imponer á su arbitrio