¿Quiénes somos?

Galiciana-Biblioteca Digital de Galicia es un servicio público gestionado por la Biblioteca de Galicia. La Ley 5/2012, de 15 de junio, de bibliotecas de Galicia, en su artículo 10.2. establece que una de las funciones de la Biblioteca de Galicia es la de “constituir la biblioteca digital gallega y actuar como centro de referencia en materia de digitalización del material cultural”. Al cumplir con ese mandato legal, la Biblioteca de Galicia atiende paralelamente a otra de sus funciones: “recuperar, recoger, conservar, enriquecer y difundir el patrimonio bibliográfico de Galicia, la producción bibliográfica gallega y la relacionada con el ámbito lingüístico y temático gallego” en esta ocasión en el ámbito digital.

Galiciana-BDG tiene como misión difundir y dar acceso al patrimonio bibliográfico gallego en la red, además de contribuir a su preservación mediante la aplicación de las TIC. Su consulta libre y abierta en Internet facilita a los usuarios, en cualquier momento y lugar, el acceso a fondos y colecciones bibliográficas de especial valor para Galicia.

Galiciana-BDG toma como referencia de lo que es patrimonio bibliográfico lo establecido en el artículo 110 de Ley 5/2016, de 4 de mayo, del patrimonio cultural de Galicia.

Artículo 110. Patrimonio bibliográfico de Galicia.

1. A los efectos de esta ley, el patrimonio bibliográfico gallego está constituido por los fondos y colecciones bibliográficas y hemerográficas de especial valor cultural.

2. Asimismo, se incluyen en el patrimonio bibliográfico gallego las obras literarias, históricas, científicas o artísticas, ya sean impresas, manuscritas, fotográficas, cinematográficas, fonográficas o magnéticas, de carácter unitario o seriado, que reúnan los requisitos del apartado anterior, en cualquier tipo de soporte e independientemente de la técnica utilizada para su creación o reproducción, en las que concurra alguna de las siguientes circunstancias:

a) Que respecto a estas obras conste la inexistencia de, por lo menos, tres ejemplares idénticos en bibliotecas o servicios públicos.

b) Que sean anteriores a 1901.

c) Que tengan características singulares que les otorguen carácter único (ex libris, expurgos, etc.).

[...]

4. Este capítulo será de aplicación a los originales fonográficos, gráficos o cinematográficos, así como a los ejemplares hemerográficos, independientemente del soporte en el que se encuentren.

Para que el patrimonio bibliográfico gallego tenga cada vez mayor presencia en la red, la Biblioteca de Galicia siempre ha buscado la colaboración de otras instituciones de la memoria que custodian en sus depósitos materiales de gran valor cultural para Galicia. La cooperación con estas instituciones seguirá siendo un objetivo determinante en la política de selección de las obras a digitalizar llevada a cabo por la Biblioteca de Galicia.

Por último, aunque no menos importante, la Biblioteca de Galicia pretende que Galiciana-BDG sea una herramienta para contribuir al conocimiento e investigación de la lengua, la historia y la cultura gallega y que también sea fuente para la creación de elementos educativos y de formación destinados a todos los niveles docentes.

Muy lejos, más allá de las montañas de palabras, alejados de los países de las vocales y las consonantes, viven los textos simulados. Viven aislados en casas de letras, en la costa de la semántica, un gran océano de lenguas. Un riachuelo llamado Pons fluye por su pueblo y los abastece con las normas necesarias.
Hablamos de un país paraisomático en el que a uno le caen pedazos de frases asadas en la boca. Ni siquiera los todopoderosos signos de puntuación dominan a los textos simulados; una vida, se puede decir, poco ortográfica. Pero un buen día, una pequeña línea de texto simulado, llamada Lorem Ipsum, decidió aventurarse y salir al vasto mundo de la gramática.
El gran Oxmox le desanconsejó hacerlo, ya que esas tierras estaban llenas de comas malvadas, signos de interrogación salvajes y puntos y coma traicioneros, pero el texto simulado no se dejó atemorizar. Empacó sus siete versales, enfundó su inicial en el cinturón y se puso en camino. Cuando ya había escalado las primeras colinas de las montañas cursivas, se dio media vuelta para dirigir su mirada por última vez, hacia su ciudad natal Letralandia, el encabezamiento del pueblo Alfabeto y el subtítulo de su