t suscmpcioNiis Lugo, un mea. ... 1 pía. fuera, trimestre (pago a tlelan latió). ... 4 > Ullramar y oxlranjoro 15 > Mmeto ilel dli, . . O'OS • Alrasailo vv> » CoraunicaJos y anuncios, precios convencionales. ADVIiUTHNClA» DIARIO DEMOCRATICO DE LUGO so armr lisios y is' !Í (a fled.n juicio «tli luuso lid le Uncii lo ti que por al| ran inserí Este los días ciaran los libros, fo¡t-tas i|iin so riinillan ción, ijacieiiiload mi ;o más rt meuoi exs que por ju unpor- :\ijelvGii Io.í eícilfos :uiia razún no pmlierse. peilódicono so publici situleiUos i lestiroí. AÑO IX. HKDAGCiQN Calle del Buen Jesits, 6. principal. Síibndo I? de Scpliomljro de 1898. ADIII.M^TIULIÚN DüIb de la llcma. 3. balo. N f. .1: Carta abierta Al limo. Sr. D. líduanlo Ymcenli. Mi querido y respalable amigo: En El Diario de Pontevedra, correspondienltí al día 5 del actual, leo las o[J]niones eimlidas pur usted acerca del modo de ref/enerar mieslra patna. Opiniuues dadas ii lu puljlicidad á instancias de mi iluslmüo aim^o y com pañero D. Enrique Zaralie^ui, lao conocido por sus notables esci tLos y conferencias en delonsa de la reorganización de la enaellatiza. Bien conocidos son de cuantos en Esparta nos dedicamos A la difícil tarca de enseñar, en Lodos sus grados y manifeslaciones, los vicios do que ésta adolece, asi como tambión los vastos y profundos coiiocuiiieiHos que usted tiene en materias de insU ucción pública y sus laudables desaos de inudiíiearla, traducidos en cuanto le fnó posible dentro de los eslreclios limiles de un prtsupuesto mezquino, en disposicioniís que jamíis olvidaran el magisterio y el profesorado español. Ciliadas las esperanzas de todos en que usted liabia de ouiitiuuar dusde la dirección general de Jnstrncciói] pública laobi a de organización y reforma emprendida con general aplauso, con la sola excepción de una insigmlicaule y despreciable ininoria rulmuna, refractaria il toda medida que no se ajuste A los anUguos moides; de aquellos individuos que sienten morriñ* por ios triunfos (le los más a lo rlunados ó de unos cuaiHos polilicosque por sislenia combaten á sus adversarios buscando ios medios más vulgares de hacer l'iacasar iniciativas de que ellos carecen, vimos desvanecidas aquellas fumiadas y liala^ücúas esperanzas, que eran las de cu¡mlos amamos e! progreso nacional y abrigamos la convicción de que el único medio de conseguirlo es la educación en la acepción general de esU palabra, cuando mlereses personales ó itiíluencias de bandería, más que lu conveniencia nacional y el particular deseo del cuerpo docente, nos priva de sus iniciativas oliciales. liien sabía yo, como sabemos cuantos nos lionramoa con su amistad, que usted no había abandonado sus pi'opósitos de reyancrar <í íispaít-i por mudio de la educuctó'inaciouul; aún repercute en mi oído aquella notable y aplauilida conferencia dada por usted hace dos años en el Centro de empleados civiles de esa corte; aún llegan á mi los ecos desús luminosas disortaciones en los Con f/r esos pedayOff con de l'onlevedia y sus elocuentes discursos en el Congreso de los diputados; pero sus últimas opiniones acerca de los trascendentales problemas que hoy preocupan á los españoles eonsiuuyeu un notable y opoi Uimsimo pi ogeama que le acredita de piolundo pensador y e» el cual debe Jijarse el Cobierno, si heñios de abandonar á tiempo las antiguas y trasnochadas rutinas que han llevado á nuestra patria al presente calamitoso estado. Esa nobilísima idea, secundada por cuantos deseamos el por venir de la patria, es la única salvación posible. Las figuras más salientes de nuestros actuales y ya viejos politicos españoles, hóroes de la libertad, campeones do !a democracia, revolucionarios casi todos, han desplegado todas sus euergias en coniiuistai , ¡ilianzai' y aeliumlar Jas nuevas ideas en este pueblo qii'j á principios del siglo actnalgritaba por las calles de Madrid: ¡Vivan las cadenasl En este pueblo, que tenia rectores de universidades que decían íi sus alumnos en' el primer tercio det siglo XIX.: Ir/os de nosvtros (« mwtt'i de piinsar, y consintió las tiranías de Calomarde y que volviesen á funcionar las hogueias. Y una vez aclimatadas las libertades é identificadas con ellas lodos los españoles, lian cumplido su misión y deben retirarso dejando el campo libre il nuevos elemcnlos con ideales nuevos y procedimientos acomodados á las necesidades actuales; dejando el desarrollo de una nueva vida á conciencias sanas llenas de savia regeneradora. Si, son necesarios hombres nuroos, iniciativas bou ni das, energías y voluntad lirmisima paca regenerar la actual sociedad, llevarla por los senderos que el progreso moderno señala á los países civilizado^, para alcanzar la riqueza y el florecimiento moral y malenal que hacen poderosas ú las naciones y demuestra tambíón A ios enemigos de! actual si'sícíi'i que con él podemos alcanzar el esplendor deciros tiempos si no malversamos nuestros recursos y sabemos administrar los veneros do riqueza quo aún nos quedan, teniendo como base del nwco ctí'Jic'o social la insti-ticción pública y la ag'-iculCura con todas las ¿nduslrias que de ella se derivan // con ella limen relación, como usted dice. Alrededor de usted y do cuantos como usted piensen y tengan valor para romper añejos y desacreditados moldes, debemos ruumnios todos los buenos cspañoiesy ayudarles en su obia redentora, abandonando esa política pequeña y rutinaria, remora de toda iniciativa y causa de nuestros males presentes. Si usted persiste en su empeño, tendrá, no lo dude, á su lado á todos los que sabemos el vulgar, puro evulenlisimo proverbio, de que da educación de un pueblo es el barómetro porque se mide el progreso moral y material del mismo.* A excitaciones de amigos mios y admiradores de usted, á quienes leí sus últimas manifestaciones en El D ario de l^oiUcrnlrii, y rsta oarln fie carácter privado, responde el que la haga pública y, por consiguiente, es la felicilación sincera que on nombre de muchos le dirige su afmo. a. y s. s. q. b. s. i»., Joaqi;In NÚ.Ñr.z di-: Couto. Regen c ¡"ación Llevamos curen do un mes proclamnnclo á voz on cuello la naccsidatS do rcgouorar nuestro patria, y basto ahora eolo bornea logmiio coiiiciiJir en que es urgente la realifcaciún lie tun saludable propósito. Pero iiúo ¡pura esto estamos dando prueba evidente de lo difícil que es rdcanzar el bien deseado, pues dos ocurre lo que eu esas cUscusioiíes do cafó, dundo todos bablau á la ve;;, lo cual impido caer en lo ciieutu do que todos piensan del luísido modo, gracias al calor con qtio bo aprecian los incideutes, síq detenarsa á meditar en significación y alcance, Todos, cu ta misma batallona cuestión, pensamos de ifjual manera; politicos y periódicos piden uno y otro (lia que se depongan las pasiones, queso unai; Ins fueizaa del país, que se aboguen las ambiciones particulares eu gracia del interés general, qtieol esfuerzo sea colectivoy, en fui, que todos ayuden & ln obra; pero declariiudoso cada cual, con más derecho que nadie, á iniciar el movimiínto, sin obligación do fortalecer oí del vecino. Cuando de todas partes llaman, i ningún lado so atiendo, De ahí que en el caso que nos ocupa, sea couipletaiueute estéril el esfuerzo de tal manera reclamado. Y, entre tanto, ese inmenso clamoreo que nos aturde, nbogn la quejuiubrosa voz do algo que agoniza. y cuya vigori nación ha de coatar numerosos sacrificios. Nos referiinoa al régimen parlamentario. No creemos nosotros, ni puedo creer nadie que reflexione acerca da estas cosas, que la falla de ¡uiciatives vigorosas on el Parlamento dependa do otras cumas quo de la atonía ó de Id iudifi;roncia del país. Por eso, el modo más eficaz de regenerar el sistema parlamentario no ha de partir del Parlamento mismo, ni os posible encontrarlo on lo facundia ó, mejor dicho, en el furor oratorio. La re^en el ación (leí nisloma pnrlamontario, fio que vamos perüigiiicnilo y cuya necesidad eu esta reunión de Corles ha quedado cumplidamente probada, ba de comenzarse por la toniflcaeión y robustecimiento de la colectividad nacional á quien las Cámaras representan. Haslu hace poco, aun osa misma colectividaij, como los tiempos eran prósperos, se holgaba y su aatisfacia escuchando ó leyendo los discursos y apreciando como fllgo positivo esas buenas inteuciones do que cslfí enipcdciulo el infierno, sp.gi'm lu senlencia vulgar. Hoy, on los momentos do desventura, la hora do los discursos ba pasado, y la reconstrucción del edificio hay que empezarla por la base. Ecos de iu prensa Los circuios políticos continúan moy animados. Apenas so ha sabido que quedarííu suspendidas do nuevo las sesiones de los Cortes, empieza á hablarse do crisis, y se dice qua el Gobierno presentará la dimisión, no solo por los incompatibilidades que hay entro los ministros, sino también porque aprobado por las Cámaras el protocolo, la misión del Gobierno ba terminado. La resolución de la crisis — se añade— será muy laborioso, y entro los políticos que hablan de esto asunto hay la creencia da quo S. M. la reina llamará para formar la situación al ÍJí. Hiivela. Natuialroeute alguna vez llegará á plantearse la crisis, pero qniíá no (ftu pronto como se dice, porque aunque los tumistros desearon Lodos retirarse cunnto antee, consideran un deber llegar basta la firma de la puz. Y solo cuando esto se realice es probable un cambio de ministerio. listo es lo mis lógico, boy por boy. — La Correspondencia. VA Sr. Canalejas fué interrogado por numerosos amigos en o! Congreeo sobro los sucasos de actualidad, y deferente, como siempre, dijo algo quo es do gran iuterés. Cerca del Sr. Cnnalejas estaban el señor Sa^esta y otros oiinístos. L>¿ i,¡ quo la prensa hnga, dijo, será responsablo la censuiL-; do lo que so haga eu la Cámara respecto del protocolo, será responsable la sesión secreta. Loa pueblos uo viven hoy solos y aislados. Quizás hubléramoa podido evitar la cn.táslrofe de Gnba, pero ya la situación do boy no permite espejismos. ¿Que nos queda eu Cuba? El territorio, no; pero nos quedan allí hermanos, grandes intereses morales que deben defenderse. Adeiufts btvy allí la Deudo, que perroita alegar muchas consideraciones eu la uegocinción. La Deuda estuvo encaminada & hacer feÜK á Cuba, En su principio, hay un elemento moral. Aunque peso muebo el elemento vencedor, las pretensiones do la nación triunfante, no debemos olvidar el material de guerra, quo tieuo un valor más moral quo leal. A parte de los listes que son carísimos, aparte que el material es anticaado, el Gobierno yo snbrli loque debe hacer. Manifestó su cooformídad con lo que Opina el 5r. Villanueva respecto do Filipinas. El Sr. Sagoata le coutestó diciendo que el Gobierno atenderá las obsorvucioues de los diputados, y el Sr. Canalejas le pidió quo senpresuro ln evacuación de Cuba y Puerto líico, pura evitar mayores gustos y nuevos moles. Puesto que está impuesto el abandono de la soberanía, que so baga pronto la repatriación. Tambióu dijo algo el ministro de Estado, y el Sr. Sdvelo, que estaba cerco, tuauifiistó {¡'io do uo Imbersa reunido las Cortes antes de firmarse el protocolo, no debió ceder el Sr. Sugasta ante los quo le pedion su reunión. Y siguieron hablando otros políticos de los asuntos de actualidad. — Heraldo. ■'. x>- Ilo quedado defuntivamcnlo aprobado el protocolo do (as negociaciones de la paz, La nación ignora todo cuanto sobre esto asunto puede desconocer á can m de haberse discutido eu sesión secreto en ambas Cámaras. Pronto pasarán al catálogo del olvido las ruidosas Dcsioues de estos últimos días y volveremos á la vida normal del país, del país que esperaba conocer á los reaponsablos do todojj nuestruB infortu- JM. 2 342. nios con el deseo de quo so impusiera la pena correspondiente A ln , verdaderos culpables. El resultado de los del. ates ha venido á arrancarnos una micv.i i speratiza. Todo quedó reducido £ un sinm mero de discursos, más ó menos sinceros pero de los cuales nada práctico aúu heinlis podido sacar. j Palabras y más palabi ¡lava! Kntref auto continúa r impunidad más ¡.biolula as que el vieuta gozando do Ift iquellos que in¬ útil mente piodigaron la snugie de mitfilros soldados y ninlvet roí o ti el oro del Etalio español. —El Progreso. E\ íiscsmjato de la Emperatriz \io Austria i Los corrcspou'ales q^ie han visto ni ssesioo de la empeuitiiz viiceu que este es do njtdiiuia r.fcUauro, de [itpotlu íluiníiico y reputado, muy iol>usto,|de cuello corto y tez tostada. | Su cabello y su bigot<| son rojizos; sus callos; Ion pjos midameute lüijo utos