que fueron celebres por haber permanecido en ellas durante cuatro años, el siglo pasado, un marinero naufrago llamado Alejandro Selkirk que inspiró á Daniel Foe, su obra «Robinson Crusüe>. Un buque mercante ha visto, en la dirección de dichas islas, enormes llamas que brotaban del mar violentamente alborotado. éomUmb* «>• ■ Habitan las islas en cuestión unos i oo pescadores, cuya existencia va á comprobar un buque enviado por el gobierno de Chile. Una veterana Ha fallecido en Aniche, cerca de Douai, doña Josefina Mazurkiewicz, viuda de Rosikowski y decana de las centenarias conocidas. Esta señora había nacido en Vasovia el 10 de Marzo de 1784 y contaba, por tanto «ciento catorce> años de edad. Casó con un capitán del 6.* regimiento de linea polonés que figuró en muchos combates, y estuvo agregada a! mismo regimiento de su esposo en calidad de practicante de cirugía; hasta la derrota sufrida en una sangrienta batalla que se dió en Polonia y tras la cual se traslado á Francia. En las diferentes campañas á que asistió como practicante de primera clase, la señora de Rosikow fué heda varias veces. Entró en el servicio militar en 1831 y contaba setenta y un años cuando en las filas del ejército francés tomó parte en la guerra de Crimea. La señora de Rostkowski ha tenido 15 hijos, 12 varones y tres hembras, nacidos todo ellos en Polonia. Estaba condecorada con la cruz militar de Stanislas, la órden del del Mcdjidié y la medalla de Crimea. UN SI iM BOLO Siempre he sentido verdadera predilección por las flores, cada especie, cada género y aun cada flor, trae á mi memoria el recuerdo de una idea, de una pasión ó de un carácter determinado. ¡Cuantas .veces contemplando la pálida y gallarda azucena ó el romántico y soñador jazmín, he llegado á crer posible el entender su mudo lenguaje ó sorprender el paso de su mi^terioso desenvolvimiento y despertando en mi mente cada flor una idea distinta, triste ó alegre, mi fantasía levantó sobre la idea un recuerdo, sobre e1 recuerdo una historia y sobre la historia todo rn muruio de pensamientos! Y cuando al arrancarlas de su tallo las he v¡-to inclinarse lánguidas, como la freme del que llora, ó elevar hasta mí su aroma, como un himno misterioso de amor, nú corazón les ha cobrado tal compasivo afecto de cariño, que al depositarlas luego cutre las hojas de un libro, he formado con ellas un verdadero panleón de recuerdos, pasadas alegrías y muertas ilusiones.. Triste y con ]a cabeza apoyada en una mano, recorría con la otra las hojas de una novela, que no leíat mientras brotaba de mi cerebro un raudal de ideas, confusas y vagas, en revuelto tropel. Una palabra advertida al acaso e 1 el libro ó el recuerdo que aquella pa'abra despertaba en mi memoria, me hacía abismar en meditaciones absurdas, y esa melancolía que surge del pasad_» como polvo de las cosas que fueron, me abstraía el ánimo fuera de la realidad en que vivimos. Ai volver una hoja, me encontré con un pensamiento marchito y seco, que hi/.o brotar otro de mi espíritu dormido, otro que ro venía solo, otro que había echado ra ees en rni corazón. . Aquella flor me la halva dado una mujer y aquella mujer habt'a sido el único amor que alumbro mi vida. Cerré los ojos y tuí recorriendo con el recuerdo la breve historia de mi amor; una historia vulgar, sin duda, pero para Abrí los ojos y los fijé en mi pobre ñor» que había enmudecido; se hallaba rodeada de lágrimas lágrimas que escapadas insensiblemente de mis ojos, caían una á una sobre las hojas del libro. Una ri'aga vio'enta que penetró en aquel momento por la entornada ventana de mi cuarto, detuvo el curso de mis reflexiones, agitando las hojas del litro que tenía delante, y llevándose lejos mi flor. Cuando intenté recogerla del suelo, quedó hecha po'vo entre mis manos ¡Un recuerdo perdido! ¿Qué importa? De mi amor sólo quedan las cenizas, y debo arrojarlas de mi corazón como un peso inútil, dolorosa carga que viene áser como la cuenta de la vida RlCAEíDO SAMPER. mi que la vi girar siempre encerrada en el círculo de lo imposible, vestía cen todas las galas de la poesía y del misterio. Mi historia tenia su fin; aquella cadena de memoria un último eslabón, que era aque! pensamiento, aparecido entre las hojas del libro idu.'Ki bh'ái - i.núíV? r.us. r.>>* nO'J níJ los sistemas de señales couocidos el mejor de todos y el que da más excelentes resultados es el extricto cumplimiento de las leyes, reglamentos y disposiciones generales. SIMPLICIO. De todos lo? íH EL AYUNTAMIENTO Ayer no pudo reanudarse la sesión para terminar la discusión del presupuesto, por no haber concurrido número suficiente de señores Concejales, Para hoy, según nos informaron, se convocó nuevamente para celebrar sesión supletoria. 1 r89noia¿ífqjrrjJS ím la:» Ib nzi .aHii Una omisión importante hemos tenido al dar cuenta de la sesión celebrada anteayer por la Corporación municipal, que con gusto vamos á salvar. El Sr. Alcalde, al dar cuenta de que se supí i.nian las subvenciones que se venían concediendo á la Cocina Económica, al Monte de Piedad y á la Socieda i Kc cómica, huo presente que esa supresión obedecía á la imposibilidad material en que el Ayuntamiento se hallaba de poder concederlos efecto del estado precario de recursos; peto de ningún modo porque se considerase por la Comisión de presupuestos, por la Alcaldía, ni por la Corporación municipal, que esos establecimientos no respondiesen satisfactoriamente y con benepUcito de todos, á la importante misión para que fueron creados, como torcidamente se ha interpretado a| decir en la memoria que acompañaba al proyecto de presupuesto, , cuyas palabras & referían al Ayuntamiento, pero no a pueblo que tanto se beneficia de aquellos. noticieros. La compañía de /anuela del Sr. que está actumdo en el teatro de 1* ^ ruña, se prepone abrir abonos en Orense, Vigo y Pontevedra. Ayer se recaudaron por puestos pu eos en esta capital 12,715 pesetas. ibli' iilP El señor Gobernador impuso la ^ de 20 pesetas á Benito Pereira. ^^e^ coche la c Perla», que volcó el otro la plaza de San Jcsé.