EN EL ANíVERSARiO DE LA MUERTE GE JOSE ANTONIO JOSE ANTONIO, VIVA REALIDAD Por Juan Carlos Villacorta t3t3t3t3t3t3t**3t ts*******:- L» mentalidad de un pueblo está llena de cesas vivas y de cosas muertas. La Inercia hace supervivir muchos restos de ese naufragio incesanto que es la Historia, pero el gran rio que le arrastra todo es una fluencia de vida. Incorporado a ese fluir está la memoria de Josá Antonio, una memoria que oomperta todo un repertorio de ademares rítales, todo un modo de ser, una clave para configurar equiübrudamente esta política española, alterada y descomrponeada desde hace tantos años, por falta de fe en los Intelectuales y por falta de Inteligencia en los creyentes. Ahora, al cabo de los años, podría parecer una sorpresa lo que no er. sino resultado matemático do una ley de vida y la realidad presente nos dice que José Antonio es algo vive que pertenece al corazón del pueblo, que lo ordena y lo Ilumina; una palabra del lenguaje de España llena de luz eterna, que procede de la entraña puoular y que existe con vida propia, no añadida, ni simulada; una palabra que no pertenece k\ mundo de la propaganda, sino al mundo de la verdad, acaso porque lo que esa palabra simboliza es el Inmaculado concepto de vocación y de servicio a- la Patria. En realidad, nada Importarla decir, en esta coyuntura del aniversario de la muerte de José Antonio, que no 'uera éste; que José Antonio sigue viviendo en el corazón de los españoles y que sb mensaje ha sido ya traducido a actitud vital por todos los españoles a todos los cuales, sin excepción, fué dirigido. Este fué el más flel deseo del Fundador dt< la Falange, expresado con la lucidez de quien ha roto ya con todas las amarras y tiene el ánimo dispuesto a emprender el último viaje, el que no tiene retorno para cobrar facturas pendientes ni para satisfacer vanidades o vanaglorias. Y por eso, porque está vivo, José Antonio constituye el centro de la vida española y fácilmente puede percibirse el giro de su pensamiento en la mentalidad vigente. Tenía en rigor que esr así porque toda su lucha consistió en restituir a los españoles su dignidad perdida y en hacer posible una Patria unida, fuerte y libre de las mil servidumbres de todo orden que la habían oprimido a (o largo de los años de la decadencia. Su pensamiento estaba lleno de luz porque estaba lleno de Justicia. Era como una espada misericordiosa al servicio de la mát alia de las empresas humanas, la de devolver a sus compatriotas su dignidad, la de elevar el n'vel económico y moral de los españoles y devolverles asi la Ilusión de la Patria. ¿Quién duda que esa Ilusión es va una realidad y que millones de españoles, honestos, trabajadores esa legicn de gentes anónlmao que componen la Patria, creen y esperan en la Patria, la honran y la fortalecen con su trabajo y su decencia, la purifican con su civilidad y la Independizan con su Independencia? Esos millones de españoles fueron ganados oara el entusiasmo por el paradigma de la palabra y de la actitud de José Antonio. Desde entonces tu vocación d^ servicio es ejemplo y acicate, satisfacción y estímulo. > ya no fiay palabras que exoreser. suficientemente la sclidez de esta realidad, porque os más ♦'u.ertí' que todas las propagandas y porque constituye el quicio en que se asienta el edificio de la España eterna, esa Españc que no es 'patrimonio de ningún grupo o secta, sino que es uní empresa Indivisible en la que están comprometidos IOÍ españoles todos porque la Patria, como decía José Antonio en una de sus fulgurantes Intuiciones, es una unidad de destino y esti por encima de los intereses parciales o frígmenta^, rios y el Movimiento sirve a esa España unida, a ése Señor que no puede morir. RDiniiiniiiininiiiiimiHminiiiiiiuiimiinnianniim^^ Reunimoa en esta página un hax de plumas diversas, que escriben hoy, XXI aniversario de tu muerte, sobre José Antonio Primo de Rivera. Diversas facetas de su vida y de su obra, quedan aquí plasmadas, y es en esta exaltación de una mente lucidísima, de un español egregio, donde anclamos— con nuestra fidelidad — nuestro homenaje > recuerdo. ENTRAÑA Y ESTILO DE ESPAÑA I LA POLITICA | enELFUNDADOR cEntraBa y estilo: he aquí lo que compone a España». Estas palabras, pronunciadas por José Antonio en el brindis de un banquete & Eugenio Montes en 1935. señalan uno de los más elevados lemas (¿a qué decir pedantesca y brltanescamente «slogan"?) que nos legara José Antonio. Es posible que algún muchacho de hoy, que no vivió aquellos tiempos -fundadores, y educado por otra parte en los poptulados del orden nuevo, considere un tanto superflua la aseveración previa de un sentido nuevo en una Patria tan antigua. Los que vivimos aquellas épocas de juventud y rebeldía, sabemos bien la absoluta veracidad de encabezar nuestro sen ¬ tir patricio con un grito de combate que ros llevara a lo más hondo del espíritu, para desde allí proyectarnos al pensamiento y a la ocasión. España era entonces algo peor que una cenparsa . de taifas en manos nidlcalmente incapaces o dañinas, sin respeto alguno al enorme peso hlstó rico del que había sido en otros tiempo»; eí primer Imperio del mundo, y con una Constitución que patanesoamente defnía a España como «una República de trabajadores de todas clases" y que, que en 1933 faltaba a los españoles: un conjunto de ver dades .esenciales, un sistema de certidumbre y convicciones Todo lo que hoy queda de aquella primitiva siembra — todo lo que hoy queda, pues los tiempos en el mundo son ya distintos y toda Revolución (es ley de la Historia) se di glere un poco su propio estómago eo el triunfo — podemos ofrecerle hoy en aras ante las cenizas del Fundador. Ejemplo de lo que decimos lo brindan el caso de Napoleón cuyo genio conjuntó en sus manos todo el empuje, luego mundial, de la Revolución francesa. Hay una anécdota de Btethoven a este respecto, muy slgniflcaliva. A instancias de Bernardotte, embajador en Viena, el coloso escribía su «Sinfonía, heroica", destinada a glorificar al héroe. Iba ya a enviar una copla al general embajador, para que éste la remitiera a París con la dedicatoria al Primer Cónsul en sólo dos palabras: "Napoleón Bonapart,e», cuando llegó a Viena la noticia de que ésto se había proclam-ido emperador de los franceses. Beethoven. imbuí- PorLOPEMATEO do de las Ideas que él, como tantos, consideraba traicionadas, arrancó violentamente la hoja de la dedicatoria, entre Increpaciones al que el divino sord-1 llamaba «nuevo tirano", y reemplazó el primitivo titulo por este: «Por fortteggiaro il soveníre d'un gran nomo..." Por fortuna, en nuestra Patria el caso histórico es bien distinto A pesar del transcurso de los años y su mella Inevitable. Fundamentalmente siguen en plena vigencia las consignas primitivas. El Jiéroe de nuestra Revolución, Caudillo de España por voluntad de los españoles, garantiza con si4 implacable fidelidad la fidelidad de todos. La entraña y estilo de España, que hace cuatro décadas vislumbrara y estableciera José Antonio, ha puesto a la Patria en el orden nuevo, dentro cumplido y fuera respetado. Esta es una de las cosas que podemos decir hoy, a los dieciocho años, ante la tumba cscurlalense del Fundador, inmolado por rescatar la entraña y el estilo de España. . nniimiimiiHimiiimioiiiiiuiiioimiiiiiiinnim Presencia de José Antonio por contera de su toldad FEDERICO DE URRUTIA to viril, pero. . el porqué entregó su vida con esperanzada resignación... ¡qué es lo Importante 1, es lo que debe do templar José Antonio Primo de Rivera Nota de la Jefatura Comarcal del Movimiento ¿Era político José Antonio? Bln duda alguna, aunque sus antecedentes universitarios io presenten como un Joven no sólo despreocupado sino casi baste enemigo de la política. Hay la indudable evidencia de que e* Protomártlr, en su perlplo estudiantil, se dedIojdlr las aulas y callejear vociferando partidismos. Mas, ha de tenerse presente que tal despreocupación soto tiene referencia a lo que la política activa en sí ügniflca, puesto que una de tas mayores y más tenaces obsesiones Joseantonlanas eran los temas de la alta especulación política doctrinal. F3 no sabia que fuera político. Fué, como casi siempre ocurre, el último en enterarse de las grandes dotes le que Dios le habí.: adornado para conductor de masas y eluoubradop de sistemas. Ya, cuando se doctoró en Derecho, se /o'a cómo, sin haberse me/ciado tn ella, pata nada, oonecia no «ólo la política ds su tiempo sino cue intuí? la futura. Y el tle npo, al darle la razón, lo consagró como político nato. Este aserto está abonado no tan solo por la incuestionable curiosidad que sentía por la temática social d0 toda índole en sus años de UmversKíaci, sino más tarde, ya en su bufete de ahogado, por el estudio 'dro y palpitante de nuestra vida naaooai, «rimónciode ambas cosas para alimentar ideológica mente «1 «norme dinamismo que imprimió a la Falange. ¿POP qué se hizo político «losó Antonio? Csta segunda Intorcegante está harto explicada en José Antonio- >mísmo tratade como español típico. El ser h.'Jo de quien era, hijo de un hombre despra vigiado politicamente por su época y muerto a renglón seguido en un exilio osci-ro e ínjjsto. El saber come en ei fondo era ncertada la iraycctorla de su progenitor y en fin el momento que se prestaba no solo a relvmdlcir la memoria de =u padpo sino la de dar el aldabenazo que despertase a la vieja y adopmeo'da España de su laxitud esceptlc'sta. lo llevaron a mllltap tempvalmente -*no de otpa forma podría sep— en las filas de la Unión Monárquica Nacional, represecnando a la cual lanzó al éter sn encendido verbc en el Frontón Euskalduna bilbaíno el 6 ''e octubre de 1830. Su discurso era un balbuceo, un ensayo, era, en resumen, el pplmer escarceo de quien más tarde encontrado el verdadero camino que entonces sólo Intuía, vagamente en su confusionismo Interno, pepo que ya latía y dló su fruto al liberarse de un UMN y forjar su verdadera obra,fsu au téntlca misión redentora. La carrera política de José Antonio fué breve, fugaz, pero fructífepa. La guadaña marxiste rio pudo, peso a «lío, frustrar 1» magnífica lección que dejó escrita para la posteridad no sólo e.t su muerte ojemplap sino en le trayectoria física de su actuación al frente del Movlmlent© José Antoniol legó ante todo ■» sobre todo un espléndido ejempiarlo para quienes enfoquen su vida por la dspeia senda* de la auténtica política. Supo ser jefe C'imo antes había sabido ser mandado, tuvo las dotes de* un conductop de muchedumbres, pop que poseía Juventud, convicción, honradez, eligió ej camino difícil y lo siguli a toda costa, fórpeamente, s'n vacilaciones. Y tuvo una amplia concepción de a generosidad tn una hora poco apta para ella L ETI este lujar Su mu^ríb íué como su vida ttn alto ejemplo Con la deveelón y piadoso re- fueron las armas del espíritu. Us ^^ta" 7 ^ cuerdo, acrecentados a medida que más decisivas en la Victoria del Merece recordarse una conslir el transcurso del tiempo nos se- Movimiento Nacional. Su sacrlfl- na 9uva par,, de la trágica y luctuosa C6- cío preside el sacrificio de un mi- Mldrid er f que nos decia^ cha del 20 de noviembre de 1936. Ü6n de vidas de españole» Su ^'^T^nuTsU es en cuantos militan en el seno de la ejemplo es y será para las futu- unos caS08t 0¡!CUela de Comunidad política de Falange Es- JM generaciones de jóvenes espa- to de sacr¡nc,0 cuando ^ pafioia Tradlcirnalista y de. las ñ oles como un faro Inextlguible de contemplarlo en sIIpncIo .I0NS experimentan en cada anl- que alumbrará la marcha del cam - otrog 1 ra7Ón e ™ versarlo de la muerte de José Au- mino emprendido aquel 18 de Julio ticla Lo quft no pueden ^ ¿™ tonlo iPresentei el dolor y la nos- de 1906^ ea nuestroa m&rUre5 es tcma d talgla por el Fundador de la Este XVIII aniversario nos de- ^0^, al llS0 1Ibera, ™0,! lange J™^- ™* J« «««. ™ «' otro, no nog jamos E3e™s El ejemplo de su vida, consagra- do los recogimientos una piadosa nuestro estno " Asimismo, no deda por entero a la grande» de la oración, un devoclonado recuerdo be,nc>9 oMdar ^ fme Patria, el renunciamiento a todo y 1? Ame renovación de un Jura- da de Bu te6taTnent0i dicha con cuanto pudo representarle triun- mentó. tan g}ncera ternura y tan alta pre- fos fáciles y brillantes, la entrega Una oración por el alma de nuei- ocupación que en ella queda contotn y absoluta de las excepcio- tro Fundador. densado todo el contenldi político nales dotes y virtudes con que ^n recuerdo para aquellas ÜUÉ y humano de su doctrina: «Ojalá Dios le doUn y que dedicó con paiábraí anle el Primer Caldo: fuera mía la última sangre esoatoda la apasionada fuerza de £U íQue Dios te dó el eterno desean- fióla que se vertiera en discordias alma al servicio di su Patria, y el so y a nosotros nos lo niegue has- civlJes. Ojalá encontrara ya en paz ejemplo de su muerte, serena y ta que hayamos sabido ganar pa- el pueblo espaf.ol. ten rico en buedlgna. sin atisbo de Pelulanc,a pe- ra España la cobecha que siembra ñas cualidades entrañable. la Pa- RM ro tan llena <*o aquella dignidad y m muerte". tria el Pan y la Justicia» ~ '■ temple que «ureolaba al Wroe. re- y un juramento, el de seguir fler-resentan la más limpia ejecuto- «es 7 leales. 4 lis órdenes del ría y el veredero camino a se- dlllo hasta conseguir la Unidad. > gofr por todos los españoles con uerted y Grandeza de la Patria que nos determinan el porqué y el pa- p-o como si cjntiLLs T em ' ansias y afaecs de resurgimiento & ambicionó y por cuyos Ideales ra oué de su sacrincio. tenía espoleando nue^trL ■ v ofrendó el preciado tesoro de .»u Bien están, pues, las honras fú- d-. una España perfecta Una generosidad que quizás viene a confirrrapnos un José Antonio españclíslmamente cplstlano y católico, pues ha de hacerse constar también, en contra c'o muchas opfñknes contrariar que lo era sin aparatosidades r.í exageraciones. Una catolicldao qto refleja en "a oración fúnebre el ortobispo de Vaüadolld: «Supo vliip y, sobre todo, supo mcplp como sler/o bueno y como hijo bueno de la Patria y de a Iglesia.» iría, ei ran y 1a .lusncia' — ■ r fie- Estas palabras, escritas por Jo- tímenteles, pero lo IraportantP b. Caá- sé Antonio horas antes de su fusl- fundamente!, lo cincero v io J i. LI- inn.Iento. son iss que en verdad cóndito y profundo es obrar mim!» caplanslas José Antoain. símbolo y ejemplo vida en el frfo amanecer de otro nebres por su memoria enaltecida do dudas v u.n^rilvtJ desv^- „ la Juventud española, de aquslh 20 de noviembre, va distante en por la «rracia d'i la liturela en .-a- riir BIM tAvtrc !. «,1, ' no olvi- hoy hace dieciocho anos fué muerto . Jo é Antomo. tud a Ia la Mlsto ^ m ^ J *r ™ n.v embre y U nt fonos ñor LS? que por ios enetn-.go= reculares de Espam. ^ aD5Ías de 8up,racIón. ^to- me en nuestro recuerdo. ¡Arriba blic^ proyección de TB cvocJlo- S c^e^^íéi^^ la de un- coraje y ctit pasión que España! • aes hlítórfcis 7 las aforanzaa sey- tafjaica presencia entica * me-: