LA CIRCULACION, PROBLEMA UNIVERSAL En Stressa (Italia) se ha reunido el Congreso Mundial ESPAÑA FIGURA EN ULTIMO TERMINO EN LAS ESTADISTICAS DE ACCIDENTES - — Con siete personas a bordo Ce ínglaíerra a Melbourne, atrmmio frss cínthsníss, en el yate "Merlin" de siete rastros y msiio de eslora Hoy, desde el puerto de Vigo, continuon viaie Sin embargo más que por el ya te poi la canñdad de gente que en él estrba'en aquellos momentos, nos llamó la att-ndón ayer tarde una embar-acón situada en la da sena t!el Club Náuüco. Con tamos, dos hombres, tres mujerei fr^a^ en un mqueñb véle¬ los pasos- subterráneos, los apar camiemos de coches, no son. ,en realidad, de ningún órden positivo. Eso dicen algunos y veremos como argumentan. Son únicamente paliativos de un mal que asi no se ataja, al contrario, se acrér , cicntan los riesgos, las molestias, sin que se solucione el problema • básico del siglo. Es un problema, en efecto, de orden general y por tanto debe tratarse por cualquiera. Hay que contribuir, cada ,¿uá en, la medida de su ingenio y en producto de sus observaciones a resolver, lo que parece sin romedio. Pero íiablar de nuevos parques ' de garage subterráneos, de túneles, nos parece sin relación con la pr'sa que corren poner fin a un es tado de cosas dramáticas. Construyendo túneles, significa encargar a la piqueta demoledora • la supresión de las zonas verdes, del pulmón que necesitan urgente mente los núcleos urbanos, es profundizar en e¡ subsuelo de las capitales, obligando a desgajar árboles centenarios, a privarnos del bono césped, encanto de la vlsfa cansada. De manera, que, bajo pre texto de defendernos de atascos y de accidentes automovilísticos, se empieza por quitarnos la vida. No otra cosa es la supresión brutal, beneficiosa únicamente para los i:3!,iiiiiiiimr3iiiiif)nHic3iiiiiiiiiijic:iiim!iiiiirjiiiiiiiiiiiitj»iiii Con un vaivén sínpJar algo ha empezado a íia/ar —/Mi deliciosa Manuela, tnántas semanas sin verter ■ ¡Cuántos días sin el fuerte tono de tu cantinela / --A'ü pude salir de tiendas y en casa estuve metida por tenerme enjehrecida unas -anoinias" tremendas, 4ún hoy los aguaceros laringólogos resisto, a. pesar de haberm-e visto los mejores "anginieros". —Pues yo estuve en Balaidos viendo a "Guti", ¡Qué monaida! I Qué justeza en' la patada y que pases más medidos í Nada del chalado trote del racial juego exhaustivo, que es trotón, nervioso y vivó... pero con menos bigote. —¿Y Vd. cree que el Celtlfiá] nuestro Celtiña adorado, subirá algún punto o grado en esta torcida riña? —Si, müjer. Tras de esta nu- ha de subir, ¡ya verás/ ¡No lo dudesj... Además ya ves tú que todo sube. — .Vo estoy de acuerdo con eso de que todo^ube ahora. Hay .algo, buena señora, que baja a marcha de' expres'i — ¿Qué algo baja? ¡fió me di- Igas que el verbo bajar existe ij que algo se resiste sin hacernos blandas 7nigas! pues, si, señora. Bajando oigo está a marchas Jorzadan. poniendo notas doradas sobre este mundo nejandn— .Qué es lo que baji. Ma* * [nnela que yo no lo he visto aún? ¿El •solomillo? ¿E! atún? y ¿os ajos? /La brecorela? ¿La aoja /la lücona<«i ?.-. — Vada cierto Vd. encaja. ~iOiLé es, entonces, lo que ba ijat —Las holas..." ¡con la otómIda!... 'M'AN lyUVAL i contratistas de obras, de las zonas 'verdes que, por otra parte, figurita en todos los programas ■ municipales. Además, los socavones que abren las entrañas de las elu* djides serán más frecuentes, el problema es tan angustioso que no fal tan humoristas que se atrevan a pioponer la supresión pura y sim ' pie... del peatón. Ni tanto ni tan calvp. ,La necesidad de proporcionar trabajo a la mano de obra no es suficiente. Los ejemplos recientes de los túneles que, al cabo dé siete años de obras, resulta insuficiente, son probadísimos. La ley del silencio en las ciudades, que ya se aplica, en todas las ciudades del mundo, no ha sido más que «so,, un paliativo, a falta de los bocinados no escasean los ruidos molestos, lo que obliga en Nueva Vork a crear, completamente, medio? curativos de un desgaste nervioso. Los túneles de París,' el del Alma, no ha he"cho más que cambiar la direccióri de los coches. En las horas de afluencia, persistieron los ¿tascos y no hubo choques, porque eso no era ya posible. Dejemos los ejemplos de una obra parisién, para hablar de lo que nos parece lo único práctico que se ha debatido en estos dias. El Congreso Mundial celebrado en' Stressa (Italia) ciudad célebre por proezas políticas en un tiempoi en que se preconizábala paz, hoy más precaria que nunca. Asistieron delegaciones de treinta países j distintos por cierto, no faltandoi las comprobaciones de horrendo' mal, reinó . perfecta unanimidad. | Omitiremos las cifras de accidentes mortales registrados en varios países, porque en las estadísticas fúnebres, aunque España figura en último término, no es agradable dar la lista de accidentes crimina les. Digamos solo que se notó una repercusión sensible en las finan-: zas cte a'gunos países, cifrándose en uno de ellos, en cinco mil millo nes fie dóhros, esto es lo que costaron en los Estados Unidos las pérdidas humanas en un periodo relativamente corto de! año. can los repetidos y graves, acriden tes a exceso de velocidad. No es culpa de los constructores pues los clientes lo que reclaman en primor lugar, es un motor que pumita grandes velocidades. Se acusó también a la niebla que impide pronto darse cuenta de un obstácu lo y se despeñan los coches con siís ocupantés.. Asimismo cauc..,í cada cuatro años reúne en perfecta hermandad congrega a aBetflí de distínias razas e dloma» sin distinción alguna, todo? bajo la misma bandera que preslden los cnto l2ro3 ollmpi''05. Ño es exttaño que por esta clrdúlst^ncla, pa«on por nuestro, puerto viajero? co ndirección a Australia, concretamente a Mel- iriormados *M'-rlin" de nacionalidad austraiiaila con bar.Qera inglesa. Su prop.rtanc es Mr. Murray Lindsa/. Con el va su esposa dos Hijas de 3 s A años, y tres íamiliares, oes mojeres y un hombre. Pnredon de Inglaterra y dirigen a Melbourr.c. Hemos cambiado breves palabras con viajeros. Nos habianm de una tenv^s'ad que los sor- Este es el «IVÍerlin" de doce ton l iadas de desplazamiento y 7,50 metros de eslora. En él hacen el viaje siete personas de Inglaterra a Australia. ( Foto Slorty) ro con cespiazanvento de 12 toneladas métricas y siete metro* y medio de eslora, con bandera inglesa. Inquir.moi el nombre y íulmoi prendió día¿ pagados en el golfo de Vzcaya, teniendo que refugíap se en Gorme, y yguir despué» * Vigo. Aquí se provls.onaron día combustible y dimeníos, y hoy se hprár. a la m?r. Hacen tu/ismo y deporte, peto existe, .sin düdg, cierhas.ado- riesgo. Siete persfcñás cientro'do aquo lla" "cáscata dé nuez" expuestñs a todo, los peligres que encierra oí mar; Parece increíble, pero ahí e^tá la roa'idad. Ellos, an.mosoa y sonrientes se enfrentan con loa r 'ornen los seguros de sy d'm nula en?.barca.'ion, y ccnscienics de 5ií voluntad pai'a" sortear los peligro? que i>ucclnn so. prenderles en ple.n'- océano.. Gentes sencillas, IKio decididas. ¡Riten viaje!. Mr. Murray Lindsay, a la derecha, con tres de sus acompañantes, portando bidones con carburante, ¡Buen viaje amigos I (F. Slorty X boiyrrÁ inhalados con mayor o* ■_ ^ menor comodidad, pero en cond.ciones de mínima seguridoei. 'jTain lioco es extraño ver a diario y-Ucs "El PuUlo Galleao" lo vende en CARBALLIMO ANGEL R. CONTRERAS inniiiniiiiiiic:niiiiiiiiiic]íiiiiiiiiiiit}iiiniiiiinniiiiiiiiiiiit]mminiit{]iiiniiiniiuiiiiniim LA MODA EN NUEVA YORK Rayón rojo y brocado de algodón ¡ para vestidos de Por VICENTE RISCO Por JOSEFINA MENDOZA NUEVA YOl-iK, (ICE) — ¿Acaso no aspira una mujer a leclblr como rédalo un precioso vesuoo para ufarlo en casa? Naturalmente .que sí. Entonces, lo mejor es t'tupczar a hacer "sugoiencias"' a las perívnas ndiiadas y quizas jara la Navidad, reciban el regalo que anh .'an Ya es tiempo de empezar la campaña. Se leyeron informes relativos a las posibles causas y entre el que se destacó la distracción de! conductor, su taita de reflejos, su vis ta fatigada y la clásica borracherr. de wi^ky, para la cual, en Sui za existe un método represivo excelente; pero en genera! se acha-InjjiiiiininiinniiimiiiiniimniiiiininiiiMiiiinMiiíiiiiiiioiiiu En taso de que tengan dificultad para itecírse entre algo que sea eccoralivo y al mismo tiempo acogedor, efi' lente o exótteo, a il mejor les puede ayudar la sigu.en te rcla i.in de las modas' para el ho?ar que se &?táp exhibiendo ac tualmonte en- Nueva .York. ¿Se trata de acabar con w peatón? AI?uno medio en broma, parece que ha lan?ado la idea. casa Se neta por ejemplo, gra aceptación en las falcas largas que. entallando la silueta, llegan hasta los' tcMllos. Las telas que se oí recen son igualmente nuevas, por lo gencr.-.i fce ecrp.ños sen .sencillo,, present.lniose totalmente sin mangas o cen' éstas en tres cuartos. &aa líneas del cuello se ven suavizadas mediante amplios; cuellos cutiertos ele adorno^. .Los toleres que se usan en los vestidos para la casa 'son les que más convienen a las personas q^e los u^an guardando compatibilidad cor. el fondo o ambiento. Aparentemente la dueña de casa ha de preferir el uso del rojo para esta estafirtn, aún cuando seno ta que e) azul es lambicn uno de !o^ flores favoritos, a juzgar por las exhibiciones que se han presentado. E3 rojo, por ejemplo, se presentó en "La rabalgata del Co lor", que fué uno de ios puntos de releve d?l centonarlo Ferkin iecientcmente celebrado por loe pi ini-ipales químiros y coloristas del pais. "La Cabalgata de! -'o1 cado de algo-lón contrlbuyron para formar una laida I^rga. Con fweé¿ rojo en plinto espigado, se obtuvo una falda larga. Rile fué el color dc-mlname en. otra 'aida larga confeor.onada en a ru^drex a?ules. verdes v amar - I Uos. ron Musa er. sed^ a-^u] cm tala verie — un wsdrto r)í"'1& o parr la -'asa o pa*a así v ir a una comida de noche en una casa jun pestre. Para aquellas que prefieren les pantalones de moia, ioí s'acks ajostades en el tobillo, ea pana \lotcta y fa;da en seda azul, fo-man una magnífica combina - eión. | Se me ocurrió feer un libro de exploraciones en Africa. He leído muchísimos, pero hace tiempo que no leí ninguno. Pero es que esta vez cogí éste con la secreta preocupación del Mau — Mau. Es interesante poder penetrar en su sentido profundo. 1 ' Desde luego, lo del Mau Mau se lo explica cualquiera de primera intención: que los negros desposeídos por los blancos se levanten, de un modo o do ctro, contra ellos, es, naturallsimo. Que los blancos exploten y dominen a los negros, es fatalidad, sin duda, necesaria, de primera Intención, porque están mejor armados. Esto lo comprende cualquiera. Pero además, estaba profetizado; cuando Noé bendijo a sus hijos, al Megar al más joven, le dijo :"Di!ate Dios a J.-fet, y habite en las tiendas do Sem, y sea Canaón siervo de él"... Canaán representa aqui la estirpe de Cam, de quien se so dijo preceder los negros, y en esto fundaron algunos la trata de esclavos. La profecía se ha cumplido. Pero he aqui que el -Vlau Mau no es un hecho aislado. Como ya no se había tanto de él, puede que ya haya sido sofocado, pero no tendrá nada de particular que algo venga a sustituirlo. El Mau Mau pertenece, o pertenecía, sí ya no actúa, a un movimiento general, ani versal, centra los hijos de Jafet: se trata, al parecer de arrojarlas de las tiendas de Sem, y de que Canaán deje de ser su esclavo; es lo que está ocurriendo en iloda el Asia y en gran parte del Africa. Diriase quo los dias de su dominación han pasado. Habrá que discutir' sí las palabras de Noé, en el Génesis son una profecía o son lo que aquí, en Qailicia, llamamos una «fada". SI son lo segundo, nosotros fos gallegos, hijos notorios -je Jafet, sabemos que las "fadfS» tienen un tiempo, durante el cual se realizan, pero cumpliendo el plazo, dejan de hac.-ir efecto. De modo que asi s? explica muy bien: la exolicación del pecado de Sam, que se burló de su padre cuando lo vió bebido- esto es muy Importante y lo explicaremos otra vez, si hoy no nos llzga el espacio -ha termirado. SI es una profecía, también -estas se realizan en el tiempo, v este tiempo puede acabarse.. Acaso Noé concedió de parte de Dios, un privilegio a Jafet y a su descendencia mientras lo mereciese. ¿Le mereció? Sin duda, a lo», hijos de Jafet se deben obras maravillosas: las de Grecia las de Roma, las de la Judéa, las de Persia, las de los celtas, las de los germanos... Los Jafétidas antiguos se han ganado sin disputa, la dominación prometida por Ncé. Pero ¿y los modernos? Cuando leo las aventuras de estos «pioneros" del Africa cuando leo los elefantes que han matado, lo» negros que han paleado, el marfil y las riquezas que ha robado, las tribus que han desposeído, las costumbres que han corrompido, las guerras que han Inc todo, veo que aquello hombr-s avanzaban arrasándolo todo, como Jabalíes en campos i» cultivo. Y en so propia casa ¿no han cometido igual pecado que aquel que les valló el privilegio? ¿No se han burlado de la Igno rancla de sus padres, como Cam de la embriague? de Noé? Han caido en el pecado de Cam: per lo tesnto, han perdido su derecho. Por eso el mundo se levanta ahora contra ellos.