Viernes 12 de Junio de 19W V)ernei 12 de Junio de 1959 Texto de las declaraciones hechas por el ministro de Agricultura, Excmo. Sr. don Cirilo Cánovas, en el espacio que Televisión Rspaftola dedica al desarrollo económico de España, en la noche del Jueves, día 11, contestando a las preguntas formuladas por el consejero de Economía Nacional, don Antonio de Miguel y el profesor don Antonio de Miguel Alvaroz. — Mas por rutina que y oí conocimiento exacto, la gente ha dicho siempre que España era un país eminentemente agrícola. ¿Podría Vd., señor ministro, puntualizar la exactitud de esta afirmación? —Un pueblo de tan fina sensibilidad como el nuestro no se equivoca fácilmente y lo que nd percibe por conocimiento riguroso lo capta con el Instinto Al afir mar que España es un país eminentemente agrícola, la gente expresa una verdad Impuesta por una decisión de la naturaleza, al retener en nuestra Patria con su movida topografía una diversidad tal de microcllmas que permiten obtener prácticamente de su suelo, la totalidad de los productos agrícolas y ganaderos en cantidad y calidad necesarios para el abastecimiento de la población e Incluso de materias primas para Industria de tanto abolengo nacional como la textil. Privilegio este que solo poseen en el continente europeo contados países de la comarca mediterránea. Circunstancia que acrecenta su acusado carácter agrítícla por sus considerables posibilidades de expansión frente a los mercados exteriores. Otra cosa es, sin embargo, que nuestra agricultura ho haya alcanzado todavía el grado de prosperidad y desarrollo a que, potencialmente, puede llegar en el futuro. Mas esto no desvirtúa el carácter fundamentalmente agrícola de la economía española, y es de esperar que, a través del proceso de la expansión económica en curso, se mantenga el signo marcadamente agrícola de la próduccion nacional. INFLUENCIA DE LA CLIMATOLOGIA —¿No cree Vd., señor ministro, que es un Inconveniente para el desarrollo de la agricultura la climatología adversa que tenemos en España? —Antes de nada, debo aclararle que mi posición a este respecto es más opimista que la de los que piensan constantemente en esa adversidad. Sería más exacto decir que de los varios factores que caracterizan nuestra climatología tenemos en contra, de un modo especial, la pluviometría; pero de todas las maneras, si vamos considerando, aunque sea a grosso modo, las características de las distintas zonas que componen el mosaico del campo español, podemos contemplar: una zona húmeda, constituida por el Norte y Noroeste de España, en la que la temperatura es suave y la pluviometría comparable a la de otros países del continente, y en donde, por ello, es posible el establecimiento de una agricultura semejante a la centroeuropea, aunque bien es verdad que para lograrla es imprescindible resolver, a través de la concentración parcelarla, el problema que plantea la atomización de la propiedad. Tenemos, de otra parte, la franja del litoi-al mediterráneo cuyo clima cálido y seco permite la obtención en regadío de cosechas que no se pueden lograr fuera de esta área privilegiada, esencialmente dispuesta para conseguir productos agrícolas de exporta■ ción, que puede completarse ampliamente con la extensión de nuevas superficies regables. ■ Lindando con la anterior, nos encontramos con una zona meridional apta para "cultivos de tanta Importancia para lá industria y el comercio como fibras textiles y uvas de mesa y para la obtención de vinos de calidad, aceite y otros. La zona navarro-piren alca, írutlcola y ganadera, y, por último, la zona Interior, propia de la meseta castellana y parte de Aragón, donde, efectivamente, con un clima más duro, como consecuencia de las bajas temperaturas y la escasa pluvlosldad, nos vemos forzados a luchar1 frente a condiciones adversas, derivadas, no solo del medio natural, sino de las especiales condiciones estructurales que allí presenta la explotación agraria. ORIENTACION DE LA PRODUCCION POR ZONAS —¿Es posible, pues, actuar sobre cada uña de esas zonas orientándolas hacia una producción mejor? — No solamente es poslbla sino que tengo plena fe en que la política que preconiza el Ministerio de Agricultura ha de ver coronado s'i esfuerzo con la victoria. Existen planes concretos sobre cada una de las zonas y esperamos aumentar sus rendimientos económicos y mejorar los resultados que ya, en esta fecha, podemos exhibí'' con satisfacción. Gran parte de nuestro esfuerzo ha de cent-ant er la zona ceñir" cuya prlncrnt dificultad viene impuesta p'v ** i monocultivo cerca U$ta. por medio de pequeños regadíos e incrementando el cultiv ) lorrajero en secano, será posible convertir en parcialmente ganadero al modesto cultWnd(-r de socano. Es de tenr- en cueiua que la ganadería tbulada, por permanecer al imr .en de las advertldades cUjnatoWgUíHá que ton dosfavorablemcnto pueden rupercutlr Declaraciones del ministro de Agricultura «Tenemos planes concretos para la economía agraria de cada región». «Entre los problemas agrícolas acometidos figuran los que afectan a la estructuración de la propiedad». "los regadíos españoles han ganado cuatrocientas cincuenta mil hectáreas y la repoblación forestal más de un millón cincuenta mil". :«Es urgente el perfeccionamiento de nuestra agricultura basada en el aumento de la productividad». sobre la agrlcultu/a gozi vlrtualmente de unas condlíl iiies de seguridad y firmeza quo. permitirá la evolución hacia expi' ilaciones agro-pecuarias más equilibradas y rentables EL FUTURO DE LA ECONOMIA AGRARIA —Con la existencia de esos planes concretos, ¿puede decirnos el futuro de la economía agraria en cada reglón? — En nuestra zona húmeda del Norte y Noroeste de España no existe más enemigo para considerar su agricultura dentro de la normalidad centro-europea que la estructuración de la propiedad, el minifundio, ese grave mal que hoy se ataca eficientemente con la concentración parcelarla y con el aumento de superficie de las explotaciones, favorecido por el desplazamiento de población campesina hacia la Industria y por la oistencia de buen^ extensiones que, al presente, permanece*! prácticamente inexplotadas. Las posibilidades de esta zona te han visto en todos aqnelloo lugares donde, al amparo de una legislación orientadora han sido creadas explotaciones agrarias famllia'-es. I^a mejora e incrémento de la producción forrajera, unida a la Introducción de ganado selecto y a una conveniente capitalización de las explotaciones ha permitido, en muchos casos, quintuplicar el rendimiento de aquellas. En la zona del litoral y en las fruteras colindantes, será preciso perseverar en la ordenación de cultivos, precisamente hacia aquellos que ofrecen un mayor interés para los mercados exteriores. Hay que matizar, mediante una labor de mejora y selección de los productos exportables, el gusto de los países consumidores; estimular los cultivos hortícolas de primor, los de flores y otros e Instalar industrias complementarias para el aprovechamiento de los productos defectuosos para la exportación. De aqui, la necesidad y la urgencia de Instalar fábricas de jugos de frutas, conservas, etc., que atienda debidamente. a la creciente demanda exterior de zumos y concentrados. En Aragón y otras grandes zo. ñas existen condiciones óptimas para la producción en regadío de frutas, alfalfa y otras forrajeras, cuyo cultivo, complementado con Instalaciones de deshldrataclón, ofrece grandes posibilidades para la exportación. La orientación marcadamente ganadera que, a través de los planes de colonización en marcha, se está, dando a las explotaciones de la zona aragonesa, atestigua el propósito del Gobierno del Caudillo de lograr empresas económicamente estables que han de cooperar eficazmente a elevar y equilibrar el nivel de vida de la población española. En el centro de España, tendemos a mecanizar los cultivos y a aumentar la superficie de las explotaciones con el fin de hacerla*: más rentables, incrementando la ganadería y dotándola de albergues adecuados y alimentación racional; medidas que, en conjunto asegurarán a la empresa agrícola una mayor estabilidad económica. POLITICA AGRARIA DEL GOBIERNO • — Señor ministro ¿podría ofrecernos algún ejemplo que revelase claramente la política del Gobierno en orden a la estabilización de la empresa agraria? Puedo ofrecerle' un ejemplo con creto: la actuación del servicio na clonal del trigo la labor de este organismo, creado por el CauoiUo en plena Cruzada de Liberación, ha permitido asegurar a los agricultores en general, y muy ea peclalmente a los de nuestra zona central de monocultivo cerealista, la estabilización de los precios, salvanoo de la miseria a millares de cultivadores que, si en los años de malas cosechas sufrían grandes quebrantos en loa aftoa do abundancia no tenían mejor suerte por el derrumbamiento of los precios. Justo es considerar que el pape? del servicio no se ha limitado a una pura intervención comercial, sino que ha colaborado desee el punto de vista técnico al empleo de semillas selecciona, das adecuadas a cada zona, ha fomentaco la utilización de fertlll zantes, ha constituido una red a% clonal de sr.os que resuelve en gran parte el problema de almacenaje del grano, y ha Incrementado en suma la producción triguera nacional que hoy es suf Iclen te para atender con holgura las uecealdades nuestro abasteci¬ miento. NECESIDAD DE DESARROLLAR LA AGHICULTURA s — La gente cree que el desarrollo económico de un país no puede alcanzarse de una manera equl librada si no se asegura previamente la alimentación del mismo a través de una expansión adecuada de la agricultura y la ganadería, ¿es ello tan fundamental como se cree? El desarrollo económico cíe un país exige una expansión coordinada de los diferentes sectores eco nómlcos, objetivo fundamental es, entre otros, la elevación del nivel de vida. Consecuencia, una mayor demanda do bienes de consumo, especialmente de orlgeu agrá rio que si nofl se producen en el propio país deben ser Importados, consumiendo divisas. De aquí, la necesidad de desarrollar la agricultura al ritmo adecuado para ahorrar, de rna parte, las divisas que pudieran gastarse en la Importación de artículos alimenticios y, de otra Incrementar las exportaciones de productos agrícolas en tanto las circunstancia ^o permitan, ya ' que la conjunción de ambos fortalecerá siempre la capacidad de compra en el exterior de bienes de equipo tan necesarias para la expansión industrial. AGRICULTURA E INDUSTRIA Ha habido a través dé los tiempos — tiempos dedicados a la desintegración política y cconóml ca de España — una pugna tradiclo nal entre la agricultura y la Industria, ¿podría informarnos, señor ministro acerca de sl esa pugna ha cesado y sl en la gran obra de recuperación económica de España existen razones que aconsejen la estrecha colaboración entre los sectores agrjcola e industrial del país? La vieja pugna a que usted alu de no tienen sentido en nuestros días; A mi juicio,, no puede haber una industria próspera sin una agrlcu'.tuf-a próspera y viceversa. Ambas actividades constituyen sumandos de una misma cuenta. 1 Industria y agricultura se necesitan mutuamente. En el campo reside una gran fuente üe materias primas Industriales y una ex tensa población que, al mejorar sus ingresos, y por tanto su capacidad de consumo, se convertirá en un óptimo mercado de productos Industriales. La. agricultura, por su parte, exige, el mayor grado cada día, maquinarla Insecticidas abonos, cemento, hierro, etc. y servicios que solo la Industria puede proporcionarle. Italia nos ofrece a este respecto, un ejemplo harto elocuente de armónica conjunción agrolndustrlaj ya que siendo ijn país con un índice de Industrialización muy acu sado, registró, en el año 1956 exportaciones agrícolas cuyo valor en millones de dólares supuso el doble de la exportación española, pese a tener que soportar la alimentación de una población notablemente superior a la nuestra. DOS PROCESOS QUE SE COMPLEMENTAN — ¿Podría darnos algunos ejem píos prácticos en los que quede de relieve cómo el desarrollo de la agricultura puede resolver el desarrollo de la industria? La realidad de estos años últimos nos brinda el mejor ejemplo, ya que, como es sabido una parte importante de la transformación e incremento Industrial de España se ha operado precisamente con divisas obtenidas en la exportación de nuestros productos agrícolas y en otra faceta la agricultura porporciona piimeras materias a las industrias transformadoras y de conservación tales como las textiles, de la piel, azucareras del aceite, de conservas, zu mos, cárnicas y lácteas entro otras. Ello Indica, bien a las claras, el alto valor de la aportación de la agricultura española a. la Industrialización de nuestra patria y por consiguiente, al mejora miento del nivel de vica de nuestro pueblo. —Y ahora, otros qu demuef tren también cómo el progreso In dustrtal ha contribuido al progreso agrícola. La expansión industrial ha prestado un gran servicio & la agricultura al absorber muchos millares de brazos ciue vino soportando con exceso, dificultando la modernización ue las explotaciones, concretamente, la mecanización tan necesaria para el aumento de la productividad. De otra parte, está a la vista la aportación realizada por la . Industria nacional "en materia de tractores, maquinarla, abonos nitrogenados, insecticidas, materiales de construcción para las nuevas redes de riegos, etc. aportación que. lógicamente, habrá do ser más intensa cada día, ante la demanda creciente, especlalmen,te de maquinaria agrícola. EL DESARROLLO AGRICOIA, EN LOS ULTIMOS AÑOS —¿Cuáles son los principales problemas agrícolas acometidos en los últimos veinte años? ¿Puede expresarnos, señor ministro, en unas pocas cifras estadísticas, el desarrollo agrícola de España durante este período? Descuellan por su Importancia, entre los principales problemas agrícolas acometidos últimamente, los concernientes a la estabilización del mercado triguero; re construcción- de nuestra agricultura, parcialmente destruida durante la guerra civil; transformación del secano en regadío; re* población forestal; política de ex pansión y mejora de la ganadería; política crediticia pera uria mayor capitalización de las explotaciones; mecanización del campo; Intensificación de todos aquellos cultivos que. además del trigo, sóh básicos en nuestra economía, tales como el mal'., la remolacha azucarera, el tabaco, el algodón y otras plantas "industria les; incremento de la producción de frutos y productos agrícolasde exportación, etc.. etc. Asimismo se han acometido cuantos problemas afectan a la estructuración de' la propiedad, cuyas deficiencias se están atacando a fondo por la concentración parcelaria, la defensa y conservación de la fertilidad del suelo agrícola y la colonización. Tampoco po demos dejar de citar algunas núe vas realidades vivas, importantes y aun decisivas que como la extensión agrícola, las escuelas de capataces y las explotaciones agrarias familiares protegidas, forman parte del amplio frente en que nuestra política agraria viene desenvolviéndose desde el año 1939. En cuanto a las cifras que usted me pide puedo decirle, a título de ejemplo, que con relación al año 193o. la producción actual de trigo representa el ciento treln ta y ocho por ciento; ciento cuarenta y cuatro por ciento el mak; ciento cuarenta y nueve por ciento la remolacha azucarera; tres mil doscientos treinta y Cinco por ciento el algodón, y trescientos noventa y cuatro por ciento el tabaco. Los regadíos españoles han ganado cuatrocientos cincuenta mi] hectáreas en les últimos veinte años y la repoblación forestal, más de un millón ciento cincuenta mil; la conservación de suelos — quehacer Iniciado hace tres o cuatro años — afecta ya a setenta y dos mil hectáreas; la con centraclón parcelarla, obra asimismo reciente; ha superado ya las cien mil hectáreas; y el crédito agrícola ha pasado de ciento setenta millones de pesetas dls tribuidos desde su Iniciación en el año 1925 y hasta 1931», a nueve mil doscientos millones en estos años de la postguerra española. LOS PROBLEMAS URGENTES — ¿Cuáles son los que con mayor urgencia habrán de resolverse er» un futuro próximo? —Todos cuantos tiendan al per fecclonamlento de núfwJra agricultura basada en el aumento de la productividad, por cuanto que ellos nos permitirán disminuir lob precios de costo en beneficio de productores y consumidores y mantener una posición más favorable frente a' la competencia exterior, en orden a los productos de exportación. Más todo esto plantea la exigencia de poner a disposición de la agricultura aquellos elementos que. como la maquinarla, los fertilizantes y los Insecticidas, le son de todo punto precisos. De aquí la necesidad de que la Industria nacional pueda desarrollar los planes provistos para cubrir urgentemente la demanda de la agricultura. Resulta asimismo urgente el corregir las deficiencias estructuraleá de las explotaciones, a fin de lo grar la mayor productividad po slble; acrecentar los regadíos; mejorar la ganadería; Intensificar la capacitación profesional, y dar a los cultivadores la orientación técnica que les permita racionalizar los sistemas de producción y trabajo. SIMDOLO PROGRESIVO DEL CAMPO — ¿Comparte usted la Idea del slogan "mejor agricultura con menos agricultores", como símbo lo de progreso y modernización del campó? — La comparto totalmente porque no se me oculta qi|e ello se traduce en un abaratamiento de los costos de producción, como consecuencia de una mayor productividad, y es una posibllitíad de mejoramiento social y económico de los trabajadores. "Mejor agricultura con menos agricultores" es un postulado que exige la mecanización y racionalización de las explotaciones única fórmula que pprhilte la estabilización de la mano de obra y el disfrute por esta de óptimas remuneraciones, comparables a las que percibe el obrero especialista en cualquier otra actividad económica. LOS REGADIOS —Race un cuarto de siglo los Ingenieros agrónomos fijaban en tres millones de hectáreas límite máximo de los regadíos españoles. ¿Sigue vigente esta cifra, o han aumentado estas posibilidades con el progreso de la técnica? —No es fácil fijar con precisión la total superficie que en España es susceptible de transfor mación o» regadío. Sin embargo, no hay temeridad sl le digo Que podrá alcanzarse cuatro millones y pico de hectáreas, contando para ello no solo con las guas superficiales disponibles, sino también con las subterráneas. A pro• pósito de este último punto resulta urgente extender por toda nuestra gecf?afía la práctica de la captación de aguas profundas, tan beneficiosamente extendida en nuestra zona levantina. Para comprender su Importancia basta, a nuestro propósito, el dato sumamente revelador de que la mitad aproximadamente de las ciento veinte mil hectáreao de la huerta de Valencia se riegan con agua extraída del subsuelo, gracias al tesón y al espíritu em presarlal ejemplares del agricultor dé Levante. ; Hemos de buscar el agua donde quiera que esté y al precio que sea. El regadío constituye, además de una empresa económi ca de inmejorables resultados, la verdadera piedra del toque para resolver en gran parte el problema social agrario. Esta es la razón que mueve al Gobierno del Caudillo a llevar adelante ambiciosos planes de transformación del secano y de colonización. Las sesenta mil hectáreas que, por término medio, se ponen en regadío anualmente, permiten fijar sobre las mismas todos los añoc a unas siete mil familias de cultivadores y obreros fijos, es decir, a unos treinta y cinco mil españoles a quienes se les asegura el disfrute de una estabilidad económica que el secano es Incapaz de proporcionarles. Este factor, unido a la absorción por la Indus tria de excedentes de mano .de obra campesina, contribuirá al logro de un equilibrio social, al mejoramiento del nivel de vida y. en definitiva, al bienestar del país. EL EXODO DEL CAMPO A XA CIUDAD —El éxodo del campo a la ciudad es un problema que preocupa desde el punto de vista social. ¿Es qué se puede decir que existe una lalta de incentivos en el campo, y. caso de que así sea, que lucen tlvos pueden resolver el problema? El éxodo a c.ue usted se refiere, es, sin duda, el resultado natural de un proceso de expansión económica. Las -¿entes del campo vienen a la ciudad porque ésta les necesita en virtud del eré cíente desarrollo de la industrial y los servicios. No es aventurado pensar que a medida que progrese la agricul tura y permanezca sobre la misma aquella parte de la población obrero agrícola, aumenta lo» ren dlmlentos, log salarlos y el nivel de vida de los mismos. ¿Qué es lo . ya realizado y por «alizar en este aspecto de maquinaria en la «grl cultura española? —Hemos realizado en el perlo do siguiente a nuestra Cruzada, un avance expresado en el paso de un parque de tractores que alcanzaba apenas cinco mil unida , des a cerca de cuarenta mil. más aun asi, disponemos de un tractor por 'cada setecientas cincuenta hectáreas, que es una de la* cifras más bajas de Europa. Considero absolutamente indis» pensable. es más, urgente, que nuestro parque de tractores se m crómente en unas diez mil unida des anuales, lo cual nos permitirá tener a finales de 1.9J1 un parque de setenta mil tractores en servicio: mínimo indispensable para atender las necesidades del consumo y del desarrollo normal de la agricultura durante est« tiempo. Estoy seguro de que la in dustrla nacional podrá satisfacer a partir del citado año, las deman das de la agricultura, de acuerdo con el programa previsto en el re dente plan de Inversiones. LA UTILIZACION DE LOS i ABONOS — ¿Considera usted que exista una utilización racional de loa abonos en España o, por el contrario, que el campesino guiado por prejuicios, no utiliza en *i cantidad que podría ciertos abo* nos — como los potásicos, por ejemplo — que son más fáciles d« obtener en nuestra patria? La Irregularidad en ei empleo de abonos que, salvo en determinados cultivos propios de zonas agricolamente más adelantadas.' como nuestro Levante, era general en casi todo el campo, se ha atenuado en estos últimos años merced a la actuación del Minia terio de Agricultura. Las campa fias en favor del racional empleo del abono han dado espléndidos frutos. De día en día, crece la demanda' de fertilizantes, sencillamente porque el agricultoí tiene ya plena conciencia de la necesidad de emplearlos. El problema que se nos plantea, desde ahora, no es otro que el de poner al alcance del cultivador las canüdades de abones necesarios. De aquí el carácter preferente que se ha otorgado en los planes de industrialización a la producción de ni trogenados. En cuanto al empleo de los potásicos, a Que usted se re flere, aun cuando las dlsponlblll dades nacionales sean mayores, su consumo debe quedar limitado a lo estrictamente necesario, dentro de la armónica proporcionalidad que «ehe existir en su empleo con los nitrogenados y fosfóricos. — La desamortización asoló la riqueza forestal de España. ¿Cree usted, contra la opinión de algún, economista, que la Inversión forestal, aunque sea a largo plazo, es muy urgente en España? : —SÍ. porque ^1 consumo es muy superior a la renta anual de núes tros bosques, y porque la deíái&a del suelo, la regulación de las cuencas hidrográficas forestales y la aportación de las grandes masas de árboles en la posible modificación de las condiciones climáticas de alguna comarca asi lo aconsejan. No obstante las ra zonos expuestas, en el futuro deben orientarse las inversiones hacia la Intensificación de los traba jos de conservación y mejora d© las masas forestales existentes y la realización de mayores inversiones en repoblaciones con especies de crecimiento rápido, reservando las de crecimiento lento, rentables a más largo plazo, para aquellas zonas en que la grave dad de la erosión o circunstancias laborales así lo aconsejen. ULTIMA PREGUNTA — Finalmente señor Ministro, ¿cuál sería la situación política, económica y social de España ae no haberse lanzado valiente y arriesgadamente al desarrollo «co nómlco de nuestro país, desde cl mismo día en que terminó la guerra? —El desarrollo económico alcanzado en los últimos veinte años ha supuesto, íolo por lo quo respecta a las producciones agrí colas fundamentales para el abas teclmlento interior, un Incremen to de treinta y tres millones de pesetas con relación a 1.936. Dentro del cuadro general de nuestra economía, la producción total agrícola, ganadera, forestal induítrlai registra sobro el año 1.93o un aumento de dos mil mi Uones de dólares, aproximadamente. Gracia a ello, España ha podido abastecerse, en casi la totalidad, con sus propios recursos, atender a las obligaciones de su balanza de pagos y financiar en gran medí da sil expansión económica. De no haberse seguido la poiitl ca propugnada con certera vlMon rural que el campo es capaz de ; . como siempre, por nuestro Caudi atender holgadamente, la vida de los pequeños puebloj, y caseríos de España será más amable que lo es hoy. porque contendrá toaos los Incentivos que la vida mo derna ofrece al hombre. —La mecanización del campo, al elevai la productividad poi el lio, fijada desde el primer momen to con sacrlíl'lo, desde luego, más con provecho Indiscutible España e^r'a aun sujeta a la í 'penurias O' ' n racionamiento de día eh d más agravado por la presión (PASA A LA PAGINA CUATRU) ■